“Mechaal llega fenomenal y Oumaiz puede ser el gran tapado”
Antonio Serrano entrena a ocho atletas de la Selección presentes en los Mundiales de Budapest: “Es algo difícil de repetir y estoy orgulloso de ellos”.
Antonio Serrano Sánchez (La Solana, Ciudad Real, 8 de marzo de 1965) fue un atleta especialista en pruebas de fondo, campo a través y maratón (primer español en romper la barrera de 2h10 en maratón; en Berlín 1994 hizo 2h:09:34) y representó a España en grandes competiciones como los Juegos de Seúl 88, Barcelona 92, los Mundiales de Tokio 91, Stuttgart 93 y Gotemburgo 95, o los Europeos de 1990, 1994 y 1998. Licenciado en Educación Física, se hizo entrenador nacional en 1991, trabaja en la RFEA desde el 2000 en el CAR de Madrid... y es el ‘culpable’ de que ocho de sus atletas formen parte de la Selección que participará en los Mundiales de Budapest (19-27 de agosto). “Sí, la verdad es que es algo difícil de repetir, aunque siempre trabajamos para lo máximo. Es mi pasión, me encanta y estoy volcado en ello”, asegura a AS.
“Lo que más me gusta es confían en mí y en que puedo ayudarles a cumplir sus sueños. Todos saben que se hace un trabajo duro y exhaustivo que permite optar a grandes resultados llegando bien preparados a las citas. Estar ya en Budapest significa que cada uno de ellos está entre los 30 o 40 mejores del mundo en su prueba, y eso ya es muy difícil”, afirma orgulloso antes de desgranar una particularidad que le ilusiona: “Hay grupos grandes de EE UU o Inglaterra con muchos atletas, pero haber juntado gente más veterana que ya pasa de los 30, como Adel (Mechaal), Carolina (Robles), Marta (Pérez) o Irene (Sánchez-Escribano), con jovencitos entre 20 y 24 como Daniela (García), mi hija Marta (Serrano) o Ouassim (Oumaiz), más Hermi (Parra) que está en el medio con 26 es algo increíble y difícil de repetir”.
Serrano sabe que el trabajo y la preparación está hecha y que ahora toca demostrarlo en la pista en el día X y la hora H: “En Budapest cada uno luchará con sus armas y su nivel de marcas. Algunos tienen muy complicado estar en la final y para otros es un objetivo más factible que incluso puede llevarles optar a medalla como es el caso de Mechaal. Todos trabajan muy duro, están concentrados cuando otros están de vacaciones y eso me hace estar muy orgulloso de todo mi grupo”. Mechaal irrumpe entre todos como el más cercano a los metales (”llega fenomenal y es aspirante a todo en el 1.500″), pero Antonio confía en que sorprenderá positivamente Oumaiz en el 5.000: “Es el más tapado porque ha estado todo el año con bastantes problemas y no ha tenido continuidad para entrenar como debe. En el Campeonato de España ganó e hizo 13:06 un par de semanas antes, y en este lapso entre Torrent y Budapest está entrenando bien y si conseguimos que no haya ninguna interferencia ni problema creo que estará en la final... y a ver qué pasa allí”.
El entrenador resalta que el cambio de normativa que ya no clasifica por tiempos, sino únicamente por puestos hace tener “incertidumbre” a todos y será “interesante ver las tácticas y la valentía”. Serrano tiene un ojo en sus atletas, pero también en el resto de la Selección. ¿Qué opciones ve? “Hay muchas de finalistas y medallas en la marcha donde tenemos un potencial tremendo. Además, la terna de 1.500 masculina con Mechaal, Katir y García Romo, tres atletas de 3:28, puede pelear por cualquier puesto pese al altísimo nivel que habrá. En el 3.000 obstáculos Dani Arce puede estar en la final, Lamdassem en maratón también opta a puestos de honor... pero las medallas van a estar muy caras”.
Una de las novedades de World Athletics en la capital húngara será entregar una medalla al entrenador de cada atleta que suba al podio. “Es algo bonito para nosotros. En España ya se dan en los Nacionales. Compartes con tu atleta ese momento de gloria. El entrenador está ahí detrás y no somos muy conocidos, por lo que al decir el nombre junto al del atleta tendrá más reconocimiento y repercusión”, afirma antes de hablar de una de las grandes joyas del 3.000 obstáculos, su hija Marta: “Como padre y entrenador siempre digo que hay que tener los pies en el suelo, aunque es verdad que los números de la temporada son lo que son. Una atleta que con 20 años consigue clasificarse para unos Mundiales significa que ha dado un paso de calidad muy grande. Ahora como entrenador busco que no se estanque y siga subiendo peldaños porque creo que aún tiene margen. Hasta ahora, por ejemplo, no hemos metido doble entrenamiento, hace una sesión diaria, y yo espero que con continuidad y entrenamiento, y a ella que le encanta y es superprofesional, consiga seguir bajando marcas. Budapest debe servir como experiencia y tenemos puesto ya un ojo en París 2024 para que pueda conseguir el sueño más bonito de un atleta, que es estar en unos Juegos”.