Llopis derrota al oro olímpico y entra en la final de 110 vallas
El velocista español (13.17) sólo claudica en su semifinal ante el gran favorito al oro, el norteamericano Grant Holloway (12.98). Asier, eliminado.
Reto colosal. Quique Llopis (23 años) se enfrentaba en su serie semifinal al oro olímpico en Tokio 2020, el jamaicano Hansle Parchment, y al subcampeón olímpico y ganador en los dos últimos mundiales, el estadounidense Grant Holloway. Sólo dos plazas directas, más dos por tiempos entre las tres semifinales. El valenciano está en una fase claramente ascendente y con su marca de 13.09 puede ir con la cabeza bien alta a cualquier competición del máximo nivel. Y en el Stade de France lo demostró y de qué manera. Segundo (13.17) tras el trueno Holloway (12.98). Billete a la final, entre los ocho que se disputarán las medallas olímpicas (jueves, 21:45) de París 2024. Espectacular. “No voy a tener mucho tiempo para pensar que soy finalista porque la final es mañana. Mejor (sonríe). Sabía que la primera plaza era imposible, pero que podía competir por ser segundo y he competido bien, y lo he conseguido. Ahora, a por la final”, decía el valenciano en zona mixta.
Su íntimo amigo Asier Martínez estaba concentrado preparado la serie que cerraba la ronda. El objetivo era claro, volver a sacar ese Asier que no fallaba nunca y pasaba las vallas como un tren de alta velocidad cogiendo progresivamente velocidad supersónica, con martilleo de reloj suizo. Para dejar atrás definitivamente esos meses de lesiones físicas y psicológicas. En su serie, el norteamericano Roberts y el japonés Izumiya como más graves problemas para alcanzar el objetivo. En esta prueba pasan cosas que varían la lógica. Qué se lo digan al italiano Simonelli que tropezó con una valla en la serie intermedia y decía adiós a sus aspiraciones de colgarse un metal. Al español le valía ser cuarto siempre y cuando bajara de 13.26. Estaba en su mano. No pudo ser: quinto con 13.35. Eliminado. “No puedo estar contento. Ha sido una temporada difícil de gestionar y no puedo estar contento”, afirmaba Asier.