La tormenta de Botsuana deja seco a EE UU

El dios de la lluvia descargó toda su potencia mientras llegaba el turno de los relevos del 4x400. El agua caía como si no hubiera más mientras los discóbolos esperaba porque era imposible para ellos entrar en el círculo de lanzamientos. El sueco Stahl centraba la atención de las cámaras intentando guardar parte de su enorme corpachón bajo un minúsculo paraguas. Quizá no tan pequeño, es que el sueco mide 200 centímetros y pesa 155 kilos. La bajada de temperatura no la notó nadie porque el mundo se preparaba para el duelo que no se pudo ver en categoría individual: Sydney McLaughlin (oro en 400) frente a Femke Bol (oro en 400 vallas).

Antes, la categoría masculina fue impresionante, ya que tras entregar el último testigo lideraba EE UU, con Rai Benjamin (oro en 400 vallas); seguido por Botsuana, con Kebinathipi (oro en 400) y Sudáfrica, con Nene (5º en los lisos). La ventaja en pista y la envergadura de Benjamin, además de la historia, jugaban a favor de los norteamericanos, pero en la recta final el africano adelantó de manera espectacular y dio el triunfo a su país, con sus compañeros Eppie, Tebogo (el más rápido de los 32 participantes con un elevo de 44.05) y Ndori, locos de contentos dando saltos bajo el torrencial aguacero.

La emoción no se trasladó finalmente al femenino, ya que las tres compañeras del prodigio de New Jersey no dieron opción a la sorpresa al entregarle el testigo con 1.96 sobre Jamaica y 2.29 respecto a Holanda. Sydney dio el triunfo a su país con un último relevo de 47.82 por el 49.10 de Bol para ser tercera. Única duelo que se puede comparar porque en la pista no lo hubo. Oro de EE UU (3:16.61), plata de Jamaica (3:19.25) y bronce de Holanda (3:20.18).

Otro gran momento se vivió en la eléctrica final del 800 femenino. Con la keniana Mary Moraa haciendo el trabajo de tirar y llevar a las finalistas a un rapidísimo paso del 400 en 55.43 para después su compatriota ‘finisher’ Lilian Odira ejecutar en la recta final a las dos favoritas a priori, las británicas Georgia Hunter Bell y Keely Hodgkingson. Con un esprint poderoso para parar el cronómetro en 1:54.63, octava mejor marca de todos los tiempos. Por delante de las dos europeas, plata y bronce. En el decatlón, el oro fue para el alemán Leo Neugebauer (8.804 puntos) tras un final agónico ante el puertorriqueño Ayden Owens-Delerme (8.784, récord de su país). La altura, con varios parones por la lluvia, se la llevó la australiana Nicola Olyslagers con un mejor salto de 2,00. Y el fin de fiesta, incluso con la ceremonia de clausura ya finalizada, correspondió a los discóbolos, muy retrasados por las inclemencias meteorológicas: oro para el sueco Daniel Stahl con 70,47. Tokio 2025 es historia; hola Pekín 2027.

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