ATLETIISMO | MUNDIALES EN OREGÓN
Éxtasis norteamericano en el 100
Fred Kerley (9.86), Marvin Bracy (9.88) y Trayvon Bromell (9.88) firmaron el tercer triplete, el primero en casa, ante la algarabía del público local.
“Una elección dolorosa. Tengo que parar aquí en Eugene. Soy un luchador y había decidido no fallar, pero para no comprometer el resto de la temporada, tengo que posponer el desafío para las próximas carreras. Lo prometo, haré todo lo posible para hacerte soñar de nuevo”. Así anunciaba Marcell Jacobs su renuncia a las semifinales del 100 en los Mundiales de Oregón por “una contractura del aductor mayor del muslo derecho”, según comunicaba la federación italiana. Su esperado enfrentamiento con Fred Kerley tenía un vencedor prematuro... aunque no sería tan facil para el hombre más rapido del año (9.76), el norteamericano que lideró las eliminatorias con 9.79 (la mejor marca de la historia en las series en un Mundial) y que buscaba ser el primer deportista en la historia con medallas mundialistas en 100 y 400 metros (fue bronce en Doha 2019).
La final estaba en la mente de muchos, pero antes había que pasar las semifinales. Y ahí nadie de los favoritos, los que verdaderamente están en forma, quiso arriesgar demasiado. Empezando por Kerley que controló su serie junto a su compatriota Coleman para ganar con 10.02, lejísimos de la marca que parecía poder alcanzar en la pista de Hayward Field. Se dejaba todo para la final que tendría cuatro estadounidenses (Fred Kerley, Marvin Bracy, Christian Chambers, y Trayvon Bromell), un jamaicano (Oblique Seville), un canadiense (Aaron Brown), un sudafricano (Akani Simbine) y un japonés (Abdul Hakim Sani Brown).
Y el fin de fiesta no pudo ser más hollywoodiense. Dos cazas sobrevolaron Hayward Field segundos antes de la salida que proclama cada edición al hombre más rápido del mundo. Estadio en pie, exaltación patriótica... y el resultado soñado. Triplete norteamericano liderado por Fred Kerley (9.86), que usó la técnica para echar los brazos hacía atrás sacando el pecho y así llevarse el oro, secundado por Marvin Bracy (9.88) y Trayvon Bromell (9.88). Del primero al tercero: 0.02. De la plata al bronce: dos milésimas. Los gritos de ‘U, S, A; U, S, A’ atronaron todo el graderío y subieron los decibelios, pese a que las gradas no estaban ni mucho menos llenas, hasta un sonido estridente cuando Kerley tomó el micrófono y espetó: “Dije que lo íbamos a hacer y lo hicimos, EE. UU”.
Posteriormente los protagonistas se enfundaron en banderas de las barras y estrellas para celebrar... por separado hasta que les obligaron a juntarse para la protocolaria foto que se hicieron sin ni siquiera cruzar una mirada ni un gesto. Con las tres medallas, EE UU ya tiene 28 en 100 metros en la historia de los mundiales y logra su tercer triplete en la prueba tras los de 1983 y 1991. Este último, en Tokio, integrado por una terna compuesta por Carl Lewis, Leroy Burrell y Dennis Mitchell. Presente en Hayward Field estaba Burrell, que aseguraba: “Es increíble. Sinceramente, no esperaba menos de ellos. Este es uno de los mejores grupos de velocistas estadounidenses que hemos tenido”.
Generaciones de atletas portentosos (el vigente campeón Christian Coleman fue sexto) que se retroalimentan como explicaba el propio Kerley: “Es fantástico estar cerca de los grandes. Lo hicieron en 1991 y ahora lo hacemos nosotros en 2022″. Gloria mundialista en la velocidad para los norteamericanos y revelación postrera de la verdadera razón de la medalla de oro para cambiar el 400 por el 100: “Nadie viene realmente a ver nada específico más que al hombre más rápido del mundo. Por eso, si me preguntas qué quiero ser, quiero ser el hombre más rápido del mundo”.
Maribel Pérez, eliminada.
En las series femeninas, la sevillana salió en la serie 7ª con idea de lograr entrar por puestos (tres primeras) o hacer 11.17. Lamentablemente no pudo conseguir ninguna de las dos y fue 5ª con 11.30. Todas las favoritas pasaron a semifinales con la británica Asher-Smith con el mejor tiempo 10.84.