El sufrimiento de Ingebrigtsen: “No repito en dos años”

Lo imposible, finalmente, fue inalcanzable. Este domingo, Jakob Ingebrigtsen, sólo dos días después de llevarse el premio final en el 1.500 de la Diamond League, con un tiempo de 3:30.37, debutó en la distancia que, según sus palabras, mejor se adapta a sus condiciones. El noruego, que hablaba desde las sensaciones y no desde los números, pues nunca había corrido más de 20 kilómetros, tal y como reveló en la previa de la prueba, debutó en una media maratón, en Copenhague, y explotó. Con el keniano Sabastian Sawe (58:05) como ganador, que batió al plusmarquista mundial Jacob Kiplimo en el esprint final, Ingebrigtsen llegó a meta con un tiempo de 1:03:13, siendo el 34º clasificado. Un registro discreto con mucha historia detrás.

Ingebrigtsen, que siempre que corre sale a ganar, emprendió su aventura al ritmo de los mejores, muy exigente. El etíope Berihu Aregawi, estrella del 5.000 y el 10.000, ejercía de liebre y se volaba para proyectar récords. El noruego se mantuvo allí hasta el kilómetro 10. Cruzó dicha barrera con un tiempo de 27:27 minutos, lo que sería un récord nacional en la distancia en ruta, y dijo basta. Jakob, en una imagen muy llamativa, se paraba y, totalmente exhausto, recuperaba la marcha andando durante varios metros para, simplemente, respirar. Parecía el aviso de un pronto abandono. No llegó. Puro orgullo. Pese a posteriores momentos de flaqueza, y a que perdió la rueda de varios de los grupos que llegaron por detrás, Ingebrigtsen terminó su experimento en la calle, fuera de esos tartanes en las que es difícil de batir.

“No volveré a intentarlo en un par de años. 21 kilómetros, definitivamente, es demasiado. Fue divertido, pero duro. Esto no es lo mío. Al menos, por ahora. Esto solo ha sido una experiencia. No volveré a intentarlo en un par de años. Si vengo, será para pelear por otras distancias, no por la media maratón”, expresaba, como podía, un derretido Ingebrigtsen, que se quedó tendido en el suelo durante varios segundos tratando de recomponerse. Fueron las últimas zancadas del noruego en una temporada de contrastes, en la que se ha proclamado campeón europeo tanto de 1.500 como de 5.000, ha batido el récord mundial de los 3.000 y ha vivido las dos caras de los Juegos: cuarto en 1.500 y oro en 5.000. Su objetivo como deportista es tener 10 récords del mundo. Tiene tres. El de la media, de momento, no parece cercano.

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