ATLETISMO | MARATÓN DE BARCELONA
El exrefugiado Abraham cruza el Arco del Triunfo con récord y homenaje a Kiptum
“El tramo que corrí en solitario pensé mucho en él”, afirma el nuevo campeón y plusmarquista del Maratón de Barcelona, de 41 años, La ganadora femenina, Azimeraw, acarició el récord.
Batió con un final emocionantísimo el récord del Maratón de Barcelona que se venía rebajando en las cuatro anteriores ediciones. Y superó otra marca. Justo cuando se cumplen dos décadas de su aterrizaje en Suiza como refugiado, procedente de su Eritrea natal, Tadesse Abraham se coronó campeón de la carrera de fondo por excelencia. Y lo hizo, paradojas de la vida, a los 41 años y en el más llano y rápido de los recorridos, justo él que cuando llegó a tierras helvéticas, sin conocer sus lenguas ni costumbres, únicamente se sintió aliviado por un motivo: “Había montañas, igual que en mi país natal”.
Vive Abraham su segunda juventud, ya que sus mejores tiempos son recientes. A este 2:05:00 redondo cimentado en una segunda mitad velocísima le siguen los 2:05:10 del pasado septiembre en Berlín, 2:06:38 hace dos años en Zúrich y los 2:06:43 de la anterior edición del Maratón de Barcelona, sexto, donde en 12 meses ha progresado casi dos minutos. “En el tramo en que corrí en solitario, pensé mucho en Kelvin Kiptum, a quien dedico esta victoria”, declaraba en TV3 para poner la guinda a su gran historia.
Aunque, para avance, el del keniano Collins Kipkurui, quien acabó segundo (2:06:43) en el primer maratón que corría en toda su carrera. Su compatriota Edmond Kipngetich (02:07:20) completaba el podio en una carrera espectacular con una meta majestuosa, cruzando el Arc de Triomf.
Incontestable también fue el triunfo en mujeres de Degitu Azimeraw, que con 02:19:52 se quedó a tan sólo ocho segundos del récord de la prueba, establecido en 2023 por su compatriota Zeineba Yimer Worku (2:19.44), aunque lo que sí logró fue mejorar su propio tiempo del Maratón de Valencia (02:19:56). Shuko Genemo (02:21.35) y Meleka Meseret (02:22:58) completaron el podio femenino.
Se antoja difícil imaginar un mejor arranque para esta competición que bajo los compases del ‘Barcelona’ de Montserrat Caballé y Freddie Mercury, que se fue interpretando en el Passeig de Gràcia para acompasar la salida de cada una de las categorías y tiempos. Empezando por la de elite, cuyo pistoletazo dio nada menos que George A. Hirsch, uno de los fundadores del mítico Maratón de Nueva York, con el que se encuentra hermanado el de la Ciudad Condal.
Bossy, líder en el medio maratón
La sorpresa mayúscula para quienes se acercaron a animar por el recorrido urbano y repleto de monumentos de este Maratón la protagonizó de entrada el atleta español Artur Bossy, quien no sólo marchó con el grupo de cabeza y a ritmo de récord estatal sino que a mitad de trayecto llegó a liderar, hasta que de pronto levantó el pie. No era casualidad, ni una locura, sino que en realidad respondía a su estrategia de hacer marca en medio maratón. Y así lo consiguió, con 01:02.42, por delante de los más de 20.000 corredores.
Fue hacia el kilómetro 30, con la retirada de la última liebre (Mike Kipkorir), cuando en categoría masculina se acabó de concretar una clara criba, con tres corredores quedándose en cabeza a más de un minuto del resto de perseguidores. Tadesse Abraham, Collins Kipkurui y Edmond Kipngetich lideraban, con éste último descolgándose paulatinamente.
Un poco antes, del 25 al 30, se estiró la carrera femenina, con un primer acelerón de Meseret Dinke, a la que enseguida sucedió Degitu Azimeraw, que a falta de 12,1 kilómetros y estirada por su liebre sacaba ya siete segundos a su perseguidora, y sumando, con Shuko Genemo en tercer lugar.
Aceleró Tadesse cuando restaban algo más de siete kilómetros, sin respuesta de un Kipkurui que veía cómo su rival se iba alejando, como también parecía hacerlo engañosamente el récord de la prueba. Más opciones tenía de batirlo Azimeraw, tirada hasta el final por su liebre. el keniano Eric Kimutai. Así se resolvieron ambas categorías de un Maratón que, bajo la batuta de Mauro Llorens, encandiló, emocionó e hizo vibrar a la Ciudad Condal.