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ATLETISMO PARALÍMPICO

Dos saltos mundiales

Joan Sirera e Iván Cano, con los Juegos en la cabeza, hablan con AS tras clasificarse para los Mundiales, en julio. “No nos gusta la zona de confort”, reivindican.

Dos saltos mundiales

Sergio e Iván esperan pacientemente a Joan. El tren se ha retrasado un pelín. Tras conversar con AS, toca sesión de entrenamiento. Hoy, Iván se libra. Compite en un par de días y debe regular esfuerzos. Llega Joan, que desborda energía. A él, todavía le cuesta regular. Saluda entre bromas y, rápidamente, provoca una risa generalizada. La vitalidad de los 17 años. “El ambiente es buenísimo. El pique… no es pique, es Joan intentando vacilar a Iván (27), pero lo tiene complicado, porque ya tiene muchas tablas. Sabe cómo gestionarlo todo. Joan tiene la ilusión del que acaba de colarse en la élite”, explica Sergio Berbegal, director del Club Atletismo Alicante y coordinador del proyecto ‘Medalla en París’, de Finetwork, sobre sus pupilos. 2023 ha arrancado de la mejor forma posible para ambos. En enero, Joan Sirera lograba una marca de 6,67 metros para colocarse al frente de la clasificación paralímpica de salto de longitud; una semana después, Iván Cano, plata en los Juegos de Tokio, le superaba.

Dos saltos mundiales. Con sus marcas, Joan e Iván aseguraban su participación en los Campeonatos del Mundo de París, que tendrán lugar en julio. Ambos compiten en la categoría T13 y ambos carecen de agudeza visual debido a su albinismo. “Vemos, pero no muy bien. A nivel adaptaciones… no tenemos”, explica Joan. Lo atletas de T11 (0% en el grado de visión), por ejemplo, compiten en tablas de batida de un metro; en su caso, son de 20 centímetros, las convencionales. “El talonamiento es lo más complicado para nosotros. Necesitamos muchos intentos para hacer un salto bueno de verdad, pero lo hacemos”, añade Iván, con un leitmotiv que repite constantemente. “Nunca he buscado que el resto se adapte a mí, siempre intento adaptarme yo a los demás”, reflexiona el doble campeón de Europa (2016 y 2018) y doble medallista mundial (plata en 2015 y bronce en 2019). Lo lleva a la práctica.

El equipo 'medalla en París' de Finetwork al completo.
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El equipo 'medalla en París' de Finetwork al completo.

Siempre que el calendario se lo permite, tanto Iván como Joan compiten con atletas sin ningún tipo de discapacidad. Es lo que más les gusta. Lo llevan haciendo desde categorías inferiores y su objetivo es llegar a participar en los Nacionales, junto a Jaime Guerra o Iker Arotzena. “Competiciones paralímpicas… pocas. Competimos con atletas sin discapacidad. Entrenamos para poder ir a los Campeonatos de España absolutos. No es imposible”, reivindica Iván. “Es una calidad que tenemos: no quedarnos en nuestra zona de confort. Medirnos con gente que, a priori, no podríamos”, se suma Joan. “No todos los grupos de paralímpicos tienen eso. Muchos tienen asumido que compiten en paralímpicos y ya”, cierra Berbegal con orgullo.

El relevo deseado

Iván y Sergio llevan trabajando juntos desde 2012. De los 6 a los 15 años, el medallista olímpico practicó taekwondo, llegando a ser cinturón negro. “Mis padres me apuntaron porque el resto iba a kárate, por llevar la contraria a la moda. Luego, descubrí que se me daba bien correr y saltar, aunque tampoco era nada del otro mundo. Gracias a la ONCE, me planteé ir a probar en algún campeonato. Luego, empecé a entrenar con él”, recuerda, señalando a Berbegal. Una década después, siguen mano a mano, haciendo del éxito su rutina, pero también la única forma de seguir avanzando. “Iván, yo y sus padres apostamos por intentar llegar lo más lejos posible. En este mundo, el apoyo sólo llega cuando hay resultados. Ahora, Finetwork ha conseguido darle la vuelta a la tortilla. Podemos afrontar un proyecto con toda la tranquilidad. Eso marca una diferencia abismal, es un cambio de paradigma”, agradece.

“Cada año vas descubriendo cosas. Este, me ha tocado descubrir a Joan. Siempre me he quejado, pero ahora tengo el relevo deseado”

Iván Cano, sobre Joan Sirera

Calma hacia los Juegos de París, calma para un Joan que ha explotado en el momento justo. “Esto es año a año. Y cada año vas descubriendo cosas. Este, me ha tocado descubrir a Joan. Siempre me he quejado de ser el único y ahora, no. Tenemos relevo. Yo ya estoy tranquilo”, celebra Cano, que tiene en mente superar el récord del mundo (7,76 metros). “No nos esperábamos la explosión tan temprana de Joan. La intención para esta temporada era intentar que se colara en categoría absoluta y, ahora, ya pensamos en los Juegos”, se une Berbegal. Sirera, que empezó combinando el mundo musical y el fútbol, mira París con cautela, siguiendo los consejos de Iván, pero consciente de sus posibilidades. “Antes lo tenía idealizado, pero ya lo siento como una realidad”, admite. En su primer contacto con el atletismo, probó el lanzamiento de peso. Pronto tuvo claro que lo suyo era correr (este año quiere bajar de los 11 segundos en los 100 metros) y el salto. Cada vez más rápido y cada vez más alto.