Cambios en el marchar, regreso a Berlín... y vírgenes en el bolsillo

María Pérez comenzó a practicar marcha con 11 años bajo la dirección de Daniel Jacinto Garzón. 16 años después siguen formando un tándem que en Budapest se ha coronado campeón del mundo de 20 km marcha. Atleta y entrenador unidos como en ese emocionante abrazo tras el éxito de la granadina. “Ha sido la María de Berlín. Teníamos claro que el ataque tendría que ser el definitivo. Estoy en una nube ahora mismo”.

La campeona mundial vive ahora en Pulianas, a 50 km de Guadix, y va dos veces a la semana al Estadio de la Juventud de Granada y las carreteras cercanas. Ahí han pulido ese nuevo marchar que le ha llevado a la gloria: “Son pequeñas grandes cosas. Es posicionar el tronco adelante, caer encima del apoyo, llegar antes al suelo, conseguir amplitud de paso efectiva, ganar mucho más en la cadena posterior, mejorar en la tracción y después el braceo, porque ella absorbía los impactos de su velocidad con mucha rotación de brazo y de tronco y ahora va mucho más compacta. Era la marcha antigua, de fuerza, y había que modernizarla y hacerla más fina”, explica Garzón.

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Emocionado, Garzón contaba una anécdota curiosa mientras sacaba de sus bolsillos varias estampas, entre ellas, una Santa Teresa de Jesús y otra de un Cristo: “Esta es una virgen que llevo yo y esta es la Patrona de Cieza (la Virgen del Buen Suceso), que me la ha dado Carrillo (el entrenador de Álvaro Martin), que la lleva siempre. Y yo las he puesto encima de la mesa y mira, aquí están”.