“Cada ronda del 800 es puro fuego”
Moha Attaoui (23 años) ensalza el nivel de su prueba, pero no se amilana: “Ves la lista de salida y asusta, pero no me da miedo decir que mi idea es pelear por medalla”.


Moha Attaoui (26 de septiembre de 2001) siempre es simpático, amable, sencillo y educado. Eso no impide que al salir al tartán sus piernas se transformen en las del ‘Correcaminos’ que en vez de escapar del Coyote pelea frente a monstruos del 800 para intentar dar éxitos a España. El cántabro debuta hoy (segunda serie a las 12:44 en España y con el canadiense Arop en la salida) de los Mundiales de Tokio con el firme propósito de alcanzar la final e intentar mejorar el quinto puesto de los Juegos de París. Antes de medirse con la mejor generación de la historia atiende a AS.

-Viendo el récord de España de 1.000 metros (2:12.25, tercera mejor de la historia) que hizo antes de venir a Tokio preguntarle cómo está de forma parece de perogrullo, ¿no?
-(Ríe). La verdad es que estoy muy bien. Con ese tiempo que logré me motivé aún más y gané confianza porque en las finales de Zúrich quise plantear la carrera de otra manera y no salió como pretendía. Nunca en mi vida había sido tan agresivo, no escuché a mis entrenadores y quise arriesgar para ver si esa táctica me funcionaba o no. Al final, si sabes correr de todas las maneras, se supone que es mejor. Pero ya he visto que no y la lección más importante es que he llegado con todo aprendido a Tokio. Aparte de llegar muy en forma... (ríe de nuevo). Todo se decidirá por cosas mínimas y una de ellas será ser lo más inteligente posible.
-El 800 actual tiene el nivel más alto de la historia con unos tiempos de paso salvajes, pero en los campeonatos normalmente prima un poco más la táctica. ¿Eso le beneficia más?
-Sí, creo que sí, aunque el año pasado decíamos lo mismo en los Juegos de París y desde la primera ronda ya hubo series en 1:44 y mi semifinal en 1:43, y qué decir de la final, que fue terriblemente rápida. Sé que si sale lenta la carrera hay que estar colocado delante porque no me desgasta nada, pero sí que si son carreras rápidas no me tengo que poner nervioso y debo seguir mi táctica. Cuando hice el récord de España de en Mónaco, pasé casi último corriendo por la curva. En el último 200 mucha gente paga el esfuerzo de haber salido demasiado rápido en el primer 400 y no haber gestionado bien las fuerzas.
-En esta distancia cada ronda es una auténtica guerra en la que puede caer hasta el mayor favorito. En otras pruebas los atletas de un nivel superior a la media no tienen tanto problema para llegar a la final, en el 800 te puedes quedar fuera en series...
-Exacto, así es. En muchísimas otras pruebas los duelos entre los pesos pesados son en la final, pero en el 800 hay tantos con un nivel top que te encuentras en primera ronda con tres tíos de 1:44. En mi semifinal en París estábamos Wanyonyi y Hoppel de 1:41, y Burgin, Crestan y yo de 1:42... Esa ronda ya era como una final. Cada ronda del 800 es puro fuego y la lista da verdadero miedo y da verdadero miedo. Compararlo con otra prueba ahora mismo es un insulto, y verdaderamente gracioso.
-La humedad en Tokio es tremenda. ¿Cómo ha sido la aclimatación?
-Lo que más me cuesta es el jet lag. Y al legar he estado seis días de concentración con ON en Yokohama antes de incorporarme al hotel de la Selección. Y la humedad es una barbaridad. Pero son condiciones para todos y hay que hacer las cosas bien y no pensar en los factores externos.
“No le tengo miedo a nadie, pero Wanyonyi es muy pesado. He estado a punto de ganarle varias veces por nada, pero aún no lo he conseguido”.
Moha, sobre sus rivales en Tokio
-Hablar de objetivos no es la pregunta preferida de los atletas antes de un campeonato, pero mi obligación como periodista es hacérsela. ¿Qué me dice? ¿Peleará por la medalla?
-Sí, no me da miedo decirlo. Llevo un año muy regular, con muchas carreras en 1:43 y dos en 1:42; he participado en casi todas las Diamond donde me he enfrentado y competido con los rivales directos que tendré aquí y me ha permitido conocerles más en carrera. Todo eso hace que la experiencia esté. Y la confianza también. Como decía antes, hay que ir pensando en cada ronda para llegar a la final, y después si estoy allí pelearé por todo para mejorar ese quinto puesto de los Juegos de París, pero que no sea cuarto, ¿eh? (ríe).
-Si tuviera que elegir el rival más duro de todos, ¿cuál diría?
-De verdad que ya no le tengo miedo a nadie, pero Wanyonyi es muy pesado (risas). He estado a punto de ganarle varias veces por nada, pero aún no lo he conseguido. Es el único. Aquí le gano por primera vez.
-Si le gana en la final, malo será que no acabe usted con una medalla al cuello...
-Eso es, eso es, bien dicho.
-Otro rival que está llenando titulares aunque debuta ‘frente a los buenos’ a nivel internacional es Cooper Lutkenhaus, el prodigio norteamericano de 16 años. ¿Qué le parece?
-Es asombroso. Con 16 años haber hecho 1:42.27 no parece creíble. Se veía que iba a progresar muchísimo, pero ya ha explotado prontísimo y veremos cómo lo hace en su primer gran campeonato.
-El ambiente en el estadio es impresionante: gradas repletas, aficionados entregados, gritos, aplausos... Imagino que correr así como que apetece más, ¿no?
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-Sí, sin duda. Como pasó, por ejemplo, en París 2024 o en muchos estadios de la Diamond. Verlo lleno de gente disfrutando del atletismo es genial.
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