Asier Martínez y Mohamed Katir, en Madrid: “Todavía no nos lo creemos”

Tras 23 horas de viaje, una parte de la expedición española del Mundial de atletismo aterrizaba este jueves en la terminal 4 del madrileño aeropuerto de Barajas. El avión iba lleno de gente, pero seguramente había dos personas dentro que venían repletas de felicidad: Mohamed Katir y Asier Martínez, los dos bronces de los Mundiales de atletismo, el primero en el 1.500 y el segundo en el 110 vallas.

Asier Martínez ya consiguió la medalla hace unos días y aún no se lo termina de creer. “Me va a costar visualizar que soy medallista mundial y yo creo que van a pasar días hasta que me lo crea de verdad”, explicó a AS.

El navarro, que se perdió las fiestas de San Fermín por estar en los Mundiales, declaró que el intercambio de perderse las fiestas por la medalla “ha sido duro, pero el sacrificio ha merecido la pena”. Además, acordándose mucho de su cuadrilla, que le esperan en casa (es de Zizur Mayor, en Navarra) con su familia. Aunque poco tiempo tiene para fiestas, ya que debe comenzar a preparar el próximo Europeo que se celebra en Alemania (del 15 al 21 de agosto).

Fran Beoringyan, entrenador de Asier, que estaba presente en el aeropuerto, se mostró igual de feliz o incluso más que el corredor: “Cuando vi que eran seis corredores, pensé que era el momento de conseguir la medalla”, dijo. También Asier, aparte de acordarse de su familia, siempre tiene en mente a su entrenador, que estaba especialmente emocionado: “Soy de los que piensan que los atletas sufren con el entrenador y el entrenador sufre con el atleta”, confesó.

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También se mostró orgulloso y feliz Mohamed Katir, que tampoco se lo termina de creer: “Sabía que algún día iba a conseguir esta medalla porque he hecho grandes marcas, he entrenado mucho para ello y sabía que algún día iba a conseguirlo, pero no sabía que sería en este mundial”.

Después de muchos años de trabajo se mostró asimismo sorprendido al ver que tanta gente en España sigue el atletismo, y el corredor ha devuelto ese seguimiento con una medalla: “Ver a nuestro país, cómo nos están motivando y animando desde casa, por eso siempre salimos a dar el 100%”.

En la otra cara de la moneda se encontraba Mario García Romo, que finalizó cuarto en los 1.500, justo por detrás de Katir. Su madre afirmaba que “haga lo que haga”, estará “orgullosa de él”. Esa misma mentalidad tiene el salmantino, que, aunque se quedó con la medalla de chocolate, ya piensa en retos futuros: “Quiero luchar por todo, yo creo que ya he demostrado que puedo estar entre los mejores del mundo y espero estar luchando por las medallas.”