Así era Kelvin Kiptum: 270 km, una granja y los límites humanos

Kelvin Kiptum, el plusmarquista mundial de maratón, falleció este domingo a los 24 años junto a su entrenador, el ruandés Gervais Hakizimana, en un accidente de tráfico que se produjo en la carretera que une Eldoret con Kaptagat. En la meca de los 42.195 metros, mucho antes de lo que debería haber sido, dijo adiós el mayor prodigio jamás visto en la distancia de Filípides y nació la leyenda. El joven keniano, que perdió el control de su coche antes de chocar contra un árbol y caer en una zanja, se llevó con él la mejor marca de siempre, lograda en la maratón de Chicago del año pasado (2:00:35), y dejó la casi certeza de que alguien, más pronto que tarde, quién sabe si el 14 de abril en Róterdam, la única maratón que Kiptum iba a correr antes de los Juegos Olímpicos de París, podía bajar de las dos horas en la madre de todas las pruebas.

La pérdida de Kiptum, llamado a desafiar los límites humanos, va más allá del atletismo, de la maratón o del deporte. Era una cuestión de ciencia. Era la posibilidad de acercar un imposible que ahora se aleja. Era una vida de laboratorio y de inspiración. Nacido el 2 de diciembre de 1999 en Chepkorio, a unos cuarenta kilómetros de Eldoret, el prodigio keninano creció trabajando en la granja de su familia. Desde bien pequeño, sin embargo, mientras cuidaba cabras y ovejas, ya sintió la llamada del atletismo. Del más puro. “Hacíamos sesiones de cuesta en el bosque cerca de su casa. Él era pequeño, pero nos seguía descalzo”, reveló su entrenador, también parte de la tragedia, después de que su pupilo reescribiera la historia en la maratón de Chicago.

Una forma única de correr

En Estados Unidos, Kiptum ganó en la distancia de Filípides por tercera vez en su vida en otros tantos intentos. Desde su salto a los 42.195 metros, no conoció otra cosa. Debutó en Valencia, en 2022, con el mejor tiempo de siempre para un novato (2:01:53) y siguió en Londres, en una de las seis pruebas más prestigiosas de la distancia, parando el cronómetro en 2:01:25. Sus tres tiempos están entre los siete mejores de siempre. Todo apuntaba hacia el mismo destino. “Iré allí para correr rápido. El recorrido es ideal y el público en las calles te anima a dar lo mejor de ti. Me encantaría ser parte de la rica historia de este maratón. Si la preparación va en la dirección correcta y las condiciones meteorológicas lo permiten, iré a por ello”, dijo el propio Kiptum, en una entrevista concedida a La Gazzetta dello Sport el pasado mes de enero, sobre la posibilidad de que bajara de las dos horas en su siguiente prueba.

Hacia Róterdam, Kiptum se estaba preparando con entrenamientos semanales con un kilometraje acumulado de unos 250 kilómetros de media con picos de 270 que, de forma excepcional, superaban los 300, según su preparador. “Le he sugerido que afloje el ritmo, pero no quiere”, llegó a decir Hakizimana sobre un Kelvin que, sin embargo, siempre aseguró no haber sufrido en ninguna maratón. Sus sensaciones en meta, siempre alegre y capaz de celebrar con toneladas de energía, así lo demostraban. También su forma de correr, única en la historia. Kiptum, empeñado en romper la lógica, superaba de forma más rápida la segunda parte de sus maratones que la primera. En Valencia, la cubrió en 1:00:11; en Londres, en 59:45 y en Chicago, en 59:47.

Su siguiente gran objetivo, más allá de Róterdam, eran los Juegos de París, en los que se hubiera medido por primera vez con Eliud Kipchoge, doble campeón olímpico y anterior poseedor del récord mundial (Kiptum le superó por 34 segundos). “Kipchoge es el mejor de siempre”, siempre había dicho un Kelvin del que Eliud, este lunes, se despidió de forma emotiva. “Mi más sentido pésame para su familia, amigos y toda la comunidad deportiva. Que su recuerdo sea una fuente de consuelo y fortaleza durante este momento difícil”, le dedicó la leyenda maratoniana, motivado por el reto que tenía que superar hacia su tercer oro. “No he recibido un mensaje de Eliud Kipchoge, pero, si soy seleccionado para participar en los Juegos Olímpicos de París, estoy preparado para correr con él”, expresó Kiptum después de su hazaña en Chicago. En París, contra Kipchoge, hubiera debutado representando al país que ambos compartían, “su sueño”. Ahora, la foto quedará incompleta.