Apaleado, tuerto, sangrando... y campeón de Francia con mínima mundialista a los veinte minutos
Justo antes de competir Wilfried Happio fue agredido por un desconocido en las afueras del estadio de Caen, pero aún así ganó con solvencia los 400 vallas.
Wilfried Happio decidió terminar su calentamiento para la final del 400 vallas del Campeonato de Francia en una pista de las instalaciones del Liceo Malherbe, una escuela de secundaria a 500 metros del Estadio de Caen donde se celebraba la competición gala. Mientras realizaba sus ejercicios se le acercó un desconocido y le preguntó si era él para confirmar la identidad. Al responder afirmativamente, el intruso la emprendió a golpes con el atleta de 23 años. La enorme corpulencia (188 centímetros y más de 80 kilos) del campeón de Europa Sub-20 en 2017 y Sub-23 en 2019 de 400 vallas seguramente permitió minimizar los golpes hasta que su entrenador Olivier Valleys, como él mismo ha relatado, pudo intervenir propiciando que el agresor saliera huyendo.
Faltaban 20 minutos para la competición y Happio, pese a los dolores, el nerviosismo de haber sido agredido y un problema en el ojo izquierdo, se dirigió ràpidamente a la pista para correr la final de su especialidad improvisando un parche que fue sujetado con una cinta para el pelo. Sin embargo, todo eso no impidió que ganara el título con 48.57, quinta mejor marca de la historia de su país en 400 vallas y mínima para el Mundial de Oregón del próximo mes de julio. Happio fue capaz de mantener el equilibrio, no salirse de su calle y saltar las vallas sin problemas pese a tener la visión únicamente del ojo derecho y sangrar por la nariz. “No quiero pararme a hablar de eso, el caso está en proceso y hay gente competente con el tema. Si hablamos de la carrera, reconozco que con un único ojo es más complicado. Las sensaciones fueron buenas, estoy feliz por lograr la mínima porque cumplo con la temporada. Físicamente estoy bien”, explicó a los periodistas en la zona de prensa.