Adrián Ben: “Estoy en la final... ¿por qué no soñar en grande?”

“Nada sobre posiciones en la final, por favor”, dice Adrián Ben (Vivero, Lugo, 25 años) al atender a la Prensa española en las tripas del National Athletics Center de Budapest. El mediofondista español había bordado una semifinal 800 metros en unos Mundiales logrando uno de los carísimos ocho billetes que dan derecho a soñar hoy (20:30 horas) con colgarse una medalla. “Me llevo marca personal, mínima olímpica, pase a la final... Qué más se puede pedir”, dice con una sonrisa que atraviesa su cara.

“Inspirado” por los éxitos de la marcha “también porque te quitan presión”, Ben analizará la estrategia según suene el disparo y vea si la final sale rápida, media o lenta. “Ya se verá. A lo mejor sale lentísima, como en los Juegos. Han pasado los dos argelinos, que son gente que no les gusta correr mucho. El año pasado corrieron 1:43.50 en negativo. Intentaremos estar ahí, dar lo mejor de nosotros, mejorar esa sexta posición de Doha e incluso la quinta de los Juegos. Estamos aquí, así que... ¿por qué no soñar en grande?”, dice con brillo en los ojos el atleta gallego que reconoce: “Llevo todo el campeonato muy nervioso porque sé que estoy en forma. No me puedo controlar. Quiero correr, disfrutar, hacer cosas grandes”.

A sus 25 años, Ben disputa su segunda final de 800 en unos Mundiales, el único español junto a Tomás de Teresa que lo ha conseguido. La primera fue en Doha 2019: “Allí era un pipiolo en su primera internacionalidad absoluta como quien dice, jugando a ser mayor. Aquí ya lo soy. Me gusta mucho una serie que se llama ‘One piece’ y de ahí saco una enseñanza que me repito un montón de veces: ‘Una persona que quiere ser campeón del mundo no puede tener miedo a la semifinal”.

Frente a Ben hoy en el tartán húngaro, siete excelentes ochocentistas, cinco con marcas de 1:43 como él, pero con mucha variedad de estilos en la forma de correr un 800. Dos argelinos, un canadiense, un keniano, un estadounidense, un británico y un botsuano. Todos peligrosos aunque Arop sería el más favorito: “Ha hecho 1:44.0 y parecía que estaba en el parque por la mañana”. Sin embargo, Adrián tiene claro que en esta final “no hay superhéroes. Arop es el favorito, más peso para él. Dice que está bien por arriba y por abajo. Lo veremos”.

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Adrián Ben es un tipo feliz, cercano, amable y que agradece de corazón a la gente “que me apoya siempre”. Hoy correrá para su entrenador (Arturo Martín), para su pareja Águeda (Marqués), para su abuela “que seguro que estará atacada durante la carrera”, para su familia, para él mismo “porque corriendo disfruto y sonrío” y para toda España que puede ver la quinta medalla de un compatriota en Budapest 2023, la primera en la pista del estadio.