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EUROLIGA | FINAL

Demasiado Bloemendaal para un combativo Atlètic Terrassa

Los holandeses ganaron por 2-5 la final de la Euroliga masculina en un partido desigual. Los egarenses pelearon hasta el final tras un gran torneo.

Actualizado a
El Atlètic-Terrassa, en la final.
EHL

Caían copos de nieve sobre el Wagener Stadium de Amstelveen, una de las catedrales del hockey hierba mundial, y el Atlètic Terrassa se lanzaba a por una final que se había puesto cuesta arriba desde los primeros minutos. Pero, pese al 1-2 de Pau Cunill, las esperanzas de alzar su tercera Euroliga (las anteriores fueron en 1985 y 1998) se desvanecieron en el tercer periodo. Salió de nuevo el sol y el Bloemendaal conquistó su quinto título, una superioridad incontestable en un encuentro que los de Terrassa pelearon hasta el último suspiro (2-5).

El reto de los egarenses requería una conjunción de bondades que no se cumplieron. Una de ellas, que los holandeses no estuvieran a su mejor nivel ni pudieran depslegar su ofensivo juego. Pero a los seis minutos de partido, el marcador ya era de 0-2. Van der Drift y Brinkman marcaron los dos primeros goles desde dentro del área, cazando los centros peligrosos de sus compañeros. La escuela holandesa se rige por una perfección en el posicionamiento ofensivo y por un ataque perspicaz. No pudo hacer nada el conjunto de Xero Gasol para detener tal brillantez.

Victoria del Bloemendaal.
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Victoria del Bloemendaal.EHL

Pese a ello, el equipo español se lanzó al ataque sin complejos y obtuvo su primer penalti córner. Pau Cunill, especialista bajo la tutela del mítico Xavi Ribas, recortó distancias. Atrevido el Atlètic, creyó en la remontada pero el Bloemendaal se encargó de poner las cosas en su sitio. El alemán Florian Fusch anotaba el 1-3 nada más empezar un segundo periodo jugado incluso a mayor velocidad, con varias tarjetas para cada equipo, muy protestado pos los de Gasol, que no pudieron acercarse al marcador pese a los instentos de Bultó, Malagosa y Bonastre.

Hasta el minuto 41 de partido, el Terrassa filrteó con el 2-3. Se estrelló contra la defensa holandesa, muy práctica, que apenas concedió penaltis, dura en ocasiones, que además se encontró con el 1-4 materializado de nuevo por Binkman en un reverso que sorprendió al meta egarense. El encuentro, ya sentenciado, dio lugar a un entreneido último cuarto en el que ambos conjuntos marcaron (Swaen y Bonastre) y maquillaron un partido a tumba abierta, con sol y nieve, las dos caras de una final desigual pero que premia el buen campeonato del Atlètic-Terrassa, que al menos se despidió con una plata que le refuerza.