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WATERPOLO

Del oro a las albóndigas

Pili Peña, la capitana de España de waterpolo, explica su confinamiento. "Intenté estudiar todos los apuntes de mi estancia en la India el pasado año", cuenta.

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Del oro a las albóndigas
CHEMA DIAZDIARIO AS

El confinamiento ha sido una catarsis para muchas personas, especialmente para los deportistas, alejados de su hábitat durante más de dos meses. A Pili Peña, la natural de Alcorcón que reside en Terrassa y que es capitana de la Selección femenina de waterpolo, le ha servido para ponerse al día en estudios e introducirse en nuevas materias. "Lo pasé sola en mi casa de Terrassa. Intenté estudiar todos los apuntes de mi estancia en la India el pasado año y leer libros en lo que iba a ser un año complicado por la preparación olímpica. Hacía yoga por las mañanas, videollamadas y entrenamientos por la tarde con el club (CN Terrassa)... y probaba nuevas recetas de cocina", apunta.

Fue en esa última materia en la que descubrió algunas delicatessen. "Mi hermano me pasó una receta de albóndigas con berenjena y tomate natural. La verdad es que me salió muy bien. Siempre había comido albóndigas de carne, y disfruté mucho con este plato", explica mientras acude, como cada tarde, al CAR de Sant Cugat, donde la Selección femenina retoma los entrenamientos poco a poco. "Aún no podemos tener contacto en el agua", advierte.

Después del oro en el Europeo de Budapest de enero, el parón por el COVID-19 y el aplazamiento de los Juegos han frenado el buen momento del equipo gestionado por Miki Oca. "Es duro porque ya estábamos rodadas, pero recomenzamos todo con ganas", dice. En su caso, y a sus 34 años, Peña alargará la carrera para llegar a Tokio. "Mi objetivo siempre fueron los Juegos. Tengo una edad e ideas en la cabeza, quizá empezar a trabajar o probar cosas diferentes, enfocar el waterpolo de otra manera. Pero me gusta poder disfrutar de otro año: acudir a unos Juegos y ayudar con mi experiencia al Terrassa".

El parón no solo ha detenido en seco a la Sele­cción, sino también a un CN Terrassa de nuevo cuño que ascendía en la tabla de la División de Honor. "Me queda esa espina clavada porque éramos un grupo nuevo, nos costó compenetrarnos, pero íbamos mejor. Habíamos ganado a Mataró y Sabadell, y podíamos dar guerra", explica, mientras reconoce: "Cuando volvíamos a la piscina se nos había olvidado hasta nadar". Ahora, en cambio, Peña afronta con la ilusión del primer día otra campaña en la élite del waterpolo español.