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UFC 245

Usman se reafirma, Volkanovski sorprende y Nunes gana sin lucir

El UFC 245 dejó un único cambio de campeón. Holloway cayó ante Volkanovski en un duelo muy igualado. Usman y Nunes retuvieron sus cinturones.

Kamaru Usman golpea a Colby Covington durante el UFC 245.
Getty Images

El UFC 245 ya es historia de la compañía. Era la sexta vez que tres títulos coincidían en un mismo evento. Con tal cantidad de cinturones los ojos se van a muchos lugares, pero el combate que más morbo había generado era el estelar. Kamaru Usman exponía el cetro del peso welter ante Colby Covington, una defensa que iba mas allá de lo deportivo. Las declaraciones fuera de lugar del aspirante habían enfadado al campeón, por lo que la inquina era real y se evidenció sobre el octágono. El nigeriano logró el triunfo a falta de 50 segundos para el final del último asalto. Hizo un trabajo de acoso y derribo para recoger los frutos al final. "Lo que me diferencia del resto es que tengo la mente más fuerte que ellos", aseguró tras el pleito. La tiene.

La dinámica del pleito fue siempre la misma. No era el estilo de ninguno. Se esperaban agarres y una pelea más física, pero ambos se dedicaron a boxear sin complejo alguno. Usman tenía la diferencia de tamaño a su ventaja y la aprovechaba para percutir, pese a ello los dos primeros asaltos fueron complicados. Covington metía mucho ritmo y sus manos eran más rápidas, por lo que hizo tambalearse varias veces al campeón. Usman pegaba más duro, pero el aspirante parecía que no lo notaba. Todo cambió en el tercer asalto. Covington recibió una derecha recta (el golpe que mejor le entró en todo el combate) con la boca abierta, lo que le provocó una fractura en su mandíbula (al menos esa es la sensación que le transmitió a su equipo). Además, desde ese round el trabajo del africano al cuerpo del estadounidense fue digno de estudio. Le masacró.

No hizo que se achantase, y el resto de la pelea fue una constante ver a Usman tambalearse al menos dos veces por acto. El nigeriano aguantó todo lo que le llegó, pero daba sensación de fragilidad. Un espejismo, porque nunca le fallaron las piernas como para llegar al suelo. Si le ocurrió eso a Covington, quien había perdido capacidades en el golpe por golpe y al recibir otra derecha recta cayó de culo a la lona. El campeón le dejó levantarse y con la misma acción volvió a llevarlo al suelo. Ahí se fue con todo y el árbitro paró la pelea. Covington se quejó, pero era innecesario seguir. "Había mejorado mi striking y quería demostrarlo", reveló Usman al acabar. Confirmación de campeón.

Volkanovski destrona a Holloway

Max Holloway no tuvo su día. El hawaiano llegaba con la intención de ratificar su dominio en la división, pero Alexander Volkanovski supo leer muy bien el combate antes para plantear una gran estrategia. Era más bajo, pero tenía más envergadura, lo que aprovechó para ir percutiendo desde la distancia. Holloway también quiso jugar ahí y se equivocó, porque ante la presión que metió el australiano no fue capaz de sacar su tradicional ritmo. Lo pagó, cedió su cinturón y una racha de 14 victorias consecutivas en el pluma. Lo hizo por decisión unánime (48-47, 48-47 y 50-45) y su rival saltó de alegría. Ganó una pelea cerrada al campeón, era motivo de celebrar.

La pelea tuvo siempre la misma dinámica. Los dos se movía de manera constante. Intentaban entrar y salir sin intercambiar, y cuando lo hacían las mejores manos eran para el australiano. Volkanovski hizo que Holloway tuviese que pelear hacia atrás, lo que le incomodó. Eso lo aprovechó para entrar en la distancia y conectar los mejores golpes. No solo fueron los mejores, también los más repetidos. Casi el doble de golpes. El ya excampeón no tenía su día. No fue él en ningún momento ni por ritmo ni por actitud. Volkanovski lo anuló y le sirvió para vestirse de oro. No lo entendía Holloway, pero lo aceptó: "Tengo 28 años. Todavía estoy mejorando. Volveré", aseguró sobre el octágono. La actitud sigue siendo de campeón.

Alexander Volkanovski celebra su victoria sobre Max Holloway.
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Alexander Volkanovski celebra su victoria sobre Max Holloway.USA TODAY Sports

Amanda Nunes usa la cabeza para derrotar a De Randamie

Amanda Nunes sigue siendo doble campeona de la UFC. En el UFC 245 defendió el campeonato del peso gallo ante Germaine de Randamie. Un pleito que tuvo fases y en el que la holandesa demostró que la Amanda invencible de los últimos pleitos tiene carencias. El físico parece su principal debe, y es que tras dos asaltos evidenció cansancio. Así como lo malo, también destacó lo bueno: supo ser inteligencia y plantear la estrategia que debía para no sufrir. Lo consiguió, porque las cartulinas dejaron clara su superioridad: 49-44, 49-46, 49-45.

Nunes salió a arrollar. El primer golpe que lanzó con intención fue un volado de derecha, que hizo que De Randamie se estrellase contra la jaula. Después la llevó al suelo. Rozó la sumisión y continuó el castigo en el ground and pound. La campeona estaba sonriente, pero todo cambió en el segundo asalto. Una derecha al oído la dejó tocada. Otra derecha y una patada en la cabeza le borró cualquier atisbo de felicidad. Estaba sufriendo y tenía que ser inteligente. Debía llevar la pelea al suelo y ahí controlar. Lo hizo, aunque no a la perfección. En el cuarto asalto De Randamie dio la vuelta a la situación y casi cierra un triángulo... le faltó entreno. La holandesa viene del kickboxing y el suelo lo tiene abandonado. Así permitió a Amanda escapar. También falló a la hora de ir frontal, facilitando que Nunes tardase unos segundos en llevarla al piso. Errores de ella y aciertos de la campeona. No siempre se puede lucir y eso lo comprendió la brasileña para seguir con un cinturón en cada hombro.

Amanda Nunes mira a Germaine de Randamie durante su combate en el UFC 245.
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Amanda Nunes mira a Germaine de Randamie durante su combate en el UFC 245.USA TODAY Sports

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