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RUGBY | SEIS NACIONES B

Venganza de los Leones contra Bélgica

Ocho ensayos y un clinic del maul español en un partido bronco. España mantiene opciones de título y tiene bien amarrado el segundo puesto a falta de Alemania.

Venganza de los Leones contra Bélgica
EMILIO COBOSDIARIO AS

Con v de victoria y con v de vendetta. Porque el triunfo de España ante Bélgica (47-9) en la cuarta jornada del Seis Naciones B (oficialmente Campeonato de Europa) no fue uno cualquiera. Fue uno de redención, de purificación. España necesitaba sacarse la espina venenosa de lo sucedido en Bruselas el año pasado, cambiar las dañinas imágenes del Little Heysel por otras más apetecibles de recordar en el Central.

Y eso es justo lo que hizo. Desde antes del partido, cuando Mathieu Belie, Jaime Nava, Sebastien Ascarat, David Barrera, KaloKalo Gavidi, Alberto Blanco e Ignacion Contardi, presentes en aquel infausto partido, fueron homenajeados por sus servicios. Bélgica pagó el pato. El suyo y el de Iordachescu. Ni un pecado quedó sin expiar. Claro que tampoco venían a repartir caramelos. Desde el primer maul, que acabó en ensayo de Guillaume en el 3', se intuyó que el partido iba a ser de rock and roll. Se confirmó un cuarto de hora después con el segundo ensayo de maul, éste de Civil, tras tropecientos golpes de castigo de ambos equipos por todo tipo de fechorías.

Hubo poco tiempo de juego efectivo. Tampoco era un partido para eso. Demasiadas cuentas pendientes. Lo adornó, sin embargo, la línea española en dos buenas transmisiones en la recta final de la primera parte, que no vio el 8 belga, Van Bost, por una amarilla en el 36'. La primera, culminada por Gimeno en el 29'; la segunda, por Linklater en el 35' tras una jugada de pillo de Goia y un intento manifesto del 2 belga, Dienst, de hacer daño a Guillaume Rouet en una abierta. España se fue al descanso 26-9.

Santos: "No era una revancha"

El seleccionador nacional, Santiago Santos, analizó el partido en rueda de prensa: “Estoy contento. Era importante ganar, y hacerlo bien. Siempre hay cosas que debemos mejorar pero el equipo ha estado sólido adelante y detrás. Nosotros nunca planteemos este partido como una revancha. Nosotros miramos hacia el futuro y hacia arriba. Hoy el factor emocional era complicado pero nos hemos localizado en el presente y en el futuro. Creo que tenemos muy buena melé pero nos está costando y estamos haciendo muchos golpes. Nos cortan la iniciativa del juego y debemos mejorar. Es un trabajo de posiciones individuales. Aparte del subcampeonato y el ranquin, es un hito ganar 4 partidos en un año. Esto nos permitiría pensar en que podemos ser campeones. Debemos empezar a ser más ambiciosos".

En la reanudación hubo tiempo para todo. Para que el Central dedicase una ovación cerrada a Sebastien Rouet, que jugó su último partido con el León; para que al fin viéramos a David Melé, que mostró criterio en el 10, y para que España siguiera sufriendo en melé, una constante durante todo el partido que obligó a Santos a refrescar pronto a su primera. Pero, sobre todo, dio para que la temperatura subieran unos grados. La inquina disimulada durante la primera parte y reducida a las fases de conquista se tornó en violencia innecesaria en la segunda. Los enganchones fueron constantes para disfrute del Central y para perjuicio del rugby, que prácticamente no existió, y de Guillaume Rouet, que se llevaba una amarilla.

En medio de la barbarie, Goia y Zabala emergieron para dar dos ensayos más a España. El primero, en el 46' tras una buena jugada de la línea y el segundo, con otro maul en el 67'. A partir de ahí la cosa se calmó. Bélgica no quería saber nada más del maul pero España estaba dispuesta a hacer sufrir a los Diablos por cualquier método. Por fuerza o por astucia. A falta de oposición en el maul, Melé y Jorba combinaban en el 75' para el séptimo de España. Después el 19 belga se iba en camilla con una tibia rota. Ambos equipos le hacían un pasillo de aplausos que mejoraba la imagen dada antes.

La venganza que no se cobró Rumanía el fin de semana pasado, sí se la cobró España esta vez. Ya sólo le resta Alemania, el próximo domingo. Allí se jugarán los Leones ser subcampeones de Europa y, si pincha Georgia en Rusia, por qué no, podrían ser campeones. Otro puñetazo en la mesa.