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UFC ARGENTINA

Ponzinibbio lució en Argentina: KO y exhibición ante Magny

El argentino venció en el primer UFC que se disputó en su país tras noquear a Magny en el cuarto asalto. Masacró sus piernas hasta que encontró el KO.

Actualizado a
Crónica del UFC Argentina.
Getty Images

Santiago Ponzinibbio llegaba al UFC Argentina extramotivado. Era la primera vez que la compañía visitaba su país y era el encargado de disputar el combate estelar. La emoción era lógica y desde el segundo uno de su pelea ante Neil Magny lo demostró. Salió a morder, quería el KO y lo acabó consiguiendo en el cuarto asalto después de un gran trabajo de destrucción. El público de Buenos Aires se volvió loco. No era para menos. La estrella local maravilló y después hizo una promesa: "Voy a ganar un cinturón para Argentina en 2019", espetó entre vítores del público. El deseado título welter tiene otro pretendiente.

La pelea de Ponzinibbio fue muy inteligente. Magny tenía mayor envergadura, pero el argentino pronto lo solucionó para mandar. Decidió meter presión de salida, Magny, ante el empuje, reculó y comenzó a moverse pegado a la jaula. Tenía piernas y no sufrió demasiado castigo, pero sí recibió las únicas manos claras del round. El estadounidense nunca pudo estirar su jab, y lo pagó, porque sólo la bocina le salvó en el primer round. Ponzinibbio comprendió que debía evitar tanto movimiento y fue al origen de todo: las piernas. Desde el segundo acto comenzó a percutir sobre todo la pierna adelantada de Magny.

Le tiró varias veces al suelo, pero nunca quiso ir ahí el argentino. Quería mellarle, no cambiar de tercio la pelea. En ese asalto, eso sí, tuvo que ser un tanto permisivo. Magny mandó con el jab y pudo complicarle la pelea a su rival con un cabezazo, que le abrió el párpado. No fue a más y pudo seguir con su castigo incesante. Desde el tercer asalto Magny comenzó a evidenciar dolor en su pierna izquierda, pero en el cuarto round era claro. Estaba cojo. Había perdido movilidad y cada vez estaba más estático. Lo tenía de cara Ponzinibbio y cejó en el empeño. Patadas una y otra vez hasta que logró que Mangy dejase un hueco en su guardia. El camino estaba marcado y con un crochet brutal durmió de inmediato al estadounidense. Primero se lució y después mostró músculo. Excelso Ponzinnibio en Buenos Aires.