Asombroso Duplantis: oro y 6,05 en pértiga con sólo 18 años

Armand ‘Mondo’ Duplantis siguió con la revolución mundial de los adolescentes escandinavos en los Europeos de Berlín que inició el noruego Jakob Ingebrigtsen, con el doble oro en 1.500 y 5.000. Duplantis es sueco, aunque nacido en Lafayette (Luisiana) hace 18 años y es un pertiguista volador que en el Olympiastadion hechizó al público. Saltó primero 5,95, que era récord mundial júnior y siguió. Entró en el club de los 6,00, un límite al que pocos llegaron, y se catapultó hasta 6,05, una barbaridad que le convierte en el cuarto mejor saltador de la historia tras Hooker (6,06), Bubka (6,15) y Lavillenie (6,16. Récord mundial).

Precisamente Lavillenie y otro sorprendente ruso como Morgunov, 21 años, dieron caché a la que pudo ser la mejor prueba de los Europeos. Nunca ni en finales de Juegos, ni de Mundiales, ni de Continentales hubo dos atletas más allá de los 6,00 metros. El plusmarquista francés se quedó con el bronce (5,95) y se convirtió en el padrino de las gestas de Duplantis al que fue abrazando cada vez que superaba el listón. Abrazos sinceros, porque los pertiguistas son una especie de surferos del atletismo, su rival es el listón, no los compañeros. Morgunov cayó en 6,00 y Duplantis llegó hasta 6,05 con su cuerpo poco musculado, desgarbado, todavía en formación. Dio la vuelta de honor con su ídolo Lavillenie, su protector. "Lo amo, es imposible no interesarse por lo que haga. Es la única persona que no me importa que me gane", dice el plusmarquista.

El respeto es real porque el propio Duplantis confirmó que Lavillenie le mandó un mensaje por la mañana: "Me dijo que nos íbamos a divertir y que nos veríamos en el podio así ha sido. Cuando salté seis metros fue una locura. Tuve que cambiar las pértigas, por unas más duras que nunca había usado en competición. Y salió todo genial, va dedicado a mi familia".

Duplantis es hijo de una heptatleta sueca y de un pertiguista americano de nivel (5,80), que le construyó un cajetín y una colchoneta para que saltara pértiga desde pequeño. Su abuelo tiene apuntadas todas sus marcas desde los seis años, que empezó. Al principio saltaba 1,67, con 15, 5,30, ahora 6,05. Genes perfectos y doble nacionalidad de un atleta que ha crecido en Estados Unidos, con el equipo de su high school (Baton Rouge), porque ni siquiera estaba en edad de competir a nivel universitario.  Pese a su vida en América, decidió competir con Suecia. Otro nórdico, esta vez sueco, ha sorprendido al mundo con sus vuelos a las alturas.