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Arizona y Nueva Orleans, sedes de las próximas Super Bowls

Los propietarios de franquicias de la NFL se reúnen esta semana y aprobarán el calendario que completa las finales para seis temporadas.

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Arizona y Nueva Orleans, sedes de las próximas Super Bowls

La NFL ha decidido que la Super Bowl LVII, que se disputará en febrero del año 2023 y dirimirá el campeón de la temporada 2022 de la liga, tendrá lugar en Arizona, en el estadio de los Cardinals. Y, de la misma manera, que el año siguiente el gran partido, la Super Bowl LVIII se jugará en Nueva Orleans. De esta manera, queda cerrado el calendario de finales para los siguientes seis años.

El orden es el siguiente:

Super Bowl LIII, 3 de febrero de 2019, Mercedes-Benz Stadium. Atlanta.

Super Bowl LIV, 2 de febrero de 2020, Hard Rock Stadium, Miami.

Super Bowl LV, 7 de febrero de 2021, Raymond James Stadium, Tampa Bay.

Super Bowl LVI, 6 de febrero de 2022, Inglewood Stadium, Los Angeles.

Super Bowl LVII, ¿5 de febrero? de 2023, Phoenix University Stadium, Arizona.

Super Bowl LVIII, ¿4 de febrero? de 2024, Mercedes-Benz Superdome, Nueva Orleans.

Aún no son oficiales las fechas ni, de facto, las sedes porque tienen que se refrendadas por los propietarios de las 32 franquicias de la liga en las reuniones que están teniendo lugar esta semana. Pero sería una enorme sorpresa que algo cambiara a estas alturas.

El proceso para elegir a Arizona y Nueva Orleans ha sido diferente al de años anteriores y la culpa la tiene, precisamente, Nueva Orleans.

Hasta el año pasado, las Super Bowls se otorgaban a través de un concurso. Las ciudades interesadas presentaban su proyecto y la NFL elegía el que más le gustaba.

Sin embargo, cuando se concedió la Super Bowl LII a Minnesota, desde Nueva Orleans se aseguró que nunca más participaría en un concurso en el que hubiese alguna otra ciudad con estadio nuevo, como era el caso de Minnesota. Sabido es que si se construye un nuevo estadio, la NFL le regala una Super Bowl. Pasó, incluso, con Nueva York, a pesar de que es un reciento al aire libre y que en febrero podría haberse producido alguna nevada de proporciones peligrosas para la imagen de la gran final y de la liga en su conjunto.

Roger Goodell, comisionado de la NFL, tomó nota de esa justa queja de Nueva Orleans y decidió acabar con ese sistema. Porque es cierto que las ciudades se gastan dinero, esfuerzo y recursos públicos sólo en presentarse al concurso y, si no son elegidas, dejan detrás un reguero de problemas y gastos difíciles de justificar.

Por lo tanto, tal y como ha pasado ahora con Arizona y Nueva Orleans, es la propia liga la que se pone en contacto con la ciudad que le interesa y le ofrece la posibilidad de organizar una Super Bowl. En caso de que decline, es ahí cuando comenzará una puja global.

Aunque, al menos de momento, parece difícil que alguna sede rechace tal lujo. De esta manera, tenemos aseguradas las seis próximas Super Bowls, porque tanto Arizona como Nueva Orleans le han dado el "sí, quiero" a la NFL con gran alegría.