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ATLETISMO

Higuero se despide: "Mis ídolos son El Guerrouj y mi padre"

El mediofondista de Aranda de Duero, tres veces olimpico, campeón de España en 11 ocasiones y ganador de 7 medallas internacionales, dice adiós a la alta competición.

MadridActualizado a
Higuero se despide: "Mis ídolos son El Guerrouj y mi padre"

Rodeado de una multitud de atletas, familiares, amigos, instituciones, medios de comunicación y admiradores, Juan Carlos Higuero ha dicho adiós oficialmente al atletismo de alta competición en el Consejo Superior de Deportes, al lado de la Blume, que fue su lugar de residencia durante 16 años. El León de Aranda de Duero, que tiene ahora 38 (3 de agosto de 1978), sintió el calor y el cariño de todos los que le consideran una gran persona incluso antes que un gran deportista, que también lo fue. Tres participaciones en Juegos Olímpicos, con una cuarta plaza en los de Pekín 2008, a solo 26 centésimas del bronce, siete medallas internacionales, incluido un doblete (bronces en 1.500 y 5.00) en los Europeos al aire libre de Goteborg 2006. Le acompañaron José Ramón Lete, secretario de Estado para el Deporte, Raúl Chapado, presidente de la RFEA, y el que ha sido su entrenador en Madrid, Antonio Serrano, que prepara ahora al campeón de Europa de 3.000 en pista cubierta Adel Mechaal (a la espera de decisión del TAE sobre una posible sanción), que también estuvo en el acto.

Hubo momentos de emoción, con las intervenciones de sus compañeros y amigos Arturo Casado ("Eres mi ídolo, me lo enseñaste todo, siempre pensabas en los demás y, aunque fuiste mi mayor rival, te quiero"), Jesús España ("Recuerdo que de postre nos comíamos un Magnun, sin remordimientos y que cantamos como locos antes de la final de Goteborg. Eres una gran persona y estoy emocionado") y Javi Guerra ("Una vez le dejé el coche para un viaje y se equivocó de carburante"). Chapado contó cómo le conoció: "Íbamos en un AVE, por el cross de Itálica, él tenía 16 años y llevaba una bolsa con bollos. 'Me sientan bien', dijo. Es el verdadero y único León de la Blume, un gran compañero y un referente".

Su entrenador, Serrano se deshizo en elogios: "Tuve la suerte de ser el elegido para ser su entrenador en Madrid. Era un diamante en bruto que había que pulir, porque era muy despistado, quería comerse el mundo, no iba a clase y se comía un bocata de calamares después de los entrenamientos. Era un chaval de pueblo que ahora se defiende en todos los ámbitos. Es el mejor atleta que he tenido, el más polivalente. Me dio mucho prestigio. Su rush final aún me emociona. Antes de la carrera de Mechaal en Belgrado estuve viendo algunos de sus vídeos y se los mandé a Adel para que se inspirara".

Después de la intervención de Lete, que recordó la anécdota de las zapatillas de las que se enamoró Higuero con 10 años ("Eran unas Karhu de 12 mil pesetas") y que consiguió que le comprara su madre, y que le abrió las puertas del CSD para un futuro próximo ("Eres un campeón en las pistas y en la vida"), llegó el momento de El León: "He estado 16 años aquí, sé dónde está cada baldosa. Por eso es Increíble despedirme aquí. Raúl Chapado, perdiste a tu padre hace dos días y por eso te agradezco mucho tu presencia. Eres muy fuerte. Los Medios de comunicación han sido vitales para mi carrera", dijo el arandino, que se acordó de todo el mundo: "Amigos, los atletas, los empleados del CSD, Díaz Flor, que fue un gran padre para mí. Gracias a todos. Arturo y Jesús, me hicisteis mejor. He venido en chándal aposta. Tuve que ir a por uno a la Federación, porque quería despedirme con el uniforme de la Selección. La vida hay que vivirla. Todos mis éxitos han venido por rodearme en de gente muy positiva. Lo que cambia mi vida es estar aquí con todos vosotros".

Higuero habló de sus referentes: "El Guerrouj y mi padre, que era camionero y ya murió, han sido mis ídolos". Y de "aquellas zapatillas" que pidió de niño: "Le dije a mi madre que no era una mala inversión y así ha sido". Y terminó con dos declaraciones de principios: "Siempre defenderé mi deporte limpio y seré un orgulloso defensor del atletismo". El León ya no rugirá en las pistas, pero seguirá vinculado a lo que más ama.