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CANDIDATO AL TÍTULO

Los Cubs harían bien en recordar lo ocurrido a los Warriors

La derrota de Golden State frente a Cleveland Cavaliers refleja la enorme dificultad de ganar llevando la etiqueta de máximo favorito en su competición.

La prueba de fuego para Kris Bryant y sus Chicago Cubs llegará en octubre, no en junio.
Jon DurrAFP

La temporada de la NBA acaba de finalizar y hemos presenciado algunos de esos momentos que perdurarán en nuestra memoria durante las próximas décadas. Asistimos como una organización maravillosa que responde al nombre de los Golden State Warriors fue capaz de completar una campaña de ensueño que les llevó a un territorio casi inexplorado, el terreno en el que los Chicago Bulls de Michael Jordan lograron un récord que parecía imbatible… hasta que llegaron los Warriors del 2015-2016 para sumar un triunfo más. El morbo estaba servido y a los Warriors sólo les faltaba dar un paso (o unos cuantos más) hasta alcanzar y superar la leyenda. La alegría no sería completa sino iba acompañada con el levantamiento del trofeo que te corona como campeón de la final de la NBA. Es así de sencillo y de cruel al mismo tiempo.

Evidentemente todos hemos asistido a una de las mayores proezas que se recordarán en los tiempos venideros. A esa organización maravillosa se le ha cruzado otra, una que siempre ha estado asociado con el infortunio y con una enfermiza incapacidad para llegar a la Tierra Prometida y hacer el trabajo. Y esta vez, Lebron James, el hijo predilecto de Akron, Ohio, ha sido capaz de marcar diferencias y liderar a su equipo a la hora de remontar un 3-1 por primera vez en las finales de la NBA. Si eso no es material para acrecentar su ya de por sí enorme leyenda, habrá que hacérselo mirar.

Pues hete aquí que nos cambiamos de deporte y con el equipo que ocupa actualmente el puesto de los Golden State Warriors en la Major League Baseball. Ese club son los Chicago Cubs, la mejor franquicia con diferencia en 2016, una que está ganando encuentros al enfermizo ritmo de un 70%, que en este deporte es una auténtica barbaridad, aunque lo más importante no es el hecho que esté ganando, sino cómo lo está haciendo.

Ahí radica el asunto. Todas las franquicias van a estar con el colmillo retorcido cuando se hable de los Cubs en octubre, que es el mes donde se ganan los títulos en este deporte y no en abril, ni en mayo o ni siquiera en junio. De nada sirve tener un grupo maravilloso, que es el que tienen los Cubs, si luego no eres capaz de completar el trabajo y recorrer todo el camino y con recorrerlo me refiero a levantar el Trofeo del Comisionado que se entrega a los que ganan las Series Mundiales.

En esencia, los Cubs van a tener una diana en la espalda y esa es una presión que no todos los equipos saben llevar.

No obstante, hay que marcar diferencias, que las hay y notables entre ambos deportes. El béisbol es un deporte mucho más solidario, justo si se quiere utilizar ese término. Todos y digo bien todos, tienen la opción de ser el héroe cuando llega la hora de la verdad. Las prestaciones de cada uno son las que son, pero las oportunidades serán las mismas para todos… si es que se presentan. Por poner un ejemplo, tan héroe puede ser Kris Bryant como Addison Russell y eso que el primero batea en la tercera plaza mientas que el otro es el séptimo o el octavo.

Fijaros en la NBA, en la NFL o en la NHL. O si queréis pasaros al mundo del fútbol o cualquier otra disciplina. A la hora de la verdad, en la inmensa mayoría de las ocasiones, la gran estrella es la que se juega el todo por el todo. Es así de simple.

De todas formas, la moraleja de lo ocurrido estaría bien que lo tuvieran presente la organización de los Cubs, que se está comportando con una humildad exquisita. Ese es un aspecto que me parece tremendamente positivo ya que saben que no han ganado todavía, a pesar de tener el título de la división muy encarrilado por no decir hecho, y eso que ni siquiera hemos terminado junio. Los Cubs lideran su división con 12.5 encuentros de ventaja, la mayor desde 1929, que anda que no ha pasado tiempo.

Joe Maddon es el capitán ideal para dirigir a sus tropas, el hombre que no va a permitir que las frustraciones acumuladas en los últimos 108 años se sumen a la presión que ya tendrá el máximo favorito al título. Nada de lo ocurrido con anterioridad es responsabilidad de ellos. No hay más que hablar.

En definitiva, ¿le puede pasar lo mismo a los Cubs que lo que le ha pasado a los Warriors? ¡Pues claro! Y a los Royals, a los Giants, a los Nationals, a los Rangers y a cualquier bicho viviente. Todos ellos son equipos con mayor o menor fuste de cara a ganar el título, pero quizás ninguno vaya con la expectativa de los Cubs y va a ser un dilema fascinante.

Los Cachorros de Chicago son un equipo inmensamente talentoso, con jugadores jóvenes que están empezando a rascar la superficie de su potencial, tienen al mejor pitcher de este deporte no llamado Clayton Kershaw en Jake Arrieta y toda la energía positiva que van a mandarle los aficionados de este deporte, a los que les encantaría verles ganar el título.

Pero la moraleja está ahí. Ganar es muy complicado. Muchísimo y en los títulos influyen en ocasiones tantos factores que pueden hacer saltar por los aires los pronósticos previos.

Sigo creyendo en lo mismo, que los Cubs es el mejor equipo en la foto fija actual, pero la historia se escribirá en octubre y ahí se verá de qué material están hechos todos los pretendientes. Lo que está claro es que nos vamos a divertir.

Por último, un comentario que me ha hecho Pepe Rodríguez sobre lo que ha ocurrido en las últimas finales de los otros tres grandes deportes norteamericanos. Primero los Denver Broncos ganaron la Super Bowl en Santa Clara, en las proximidades de San Francisco. Posteriormente, los Pittsburgh Penguins hicieron lo mismo en la Stanley Cup de la NHL frente a los San José Sharks… en la misma zona. Y ahora acaba de pasar lo mismo en las finales de la NBA.

¿Seguirán las Grandes Ligas el mismo guion?