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El jardín de atrás

Una aproximación sensata a las conmociones cerebrales

El tiempo y la experiencia, y ver ‘Concussion’, me hacen atreverme a mi primera aproximación en años al debate de las conmociones cerebrales.

Will Smith es el rostro más conocido de la película recientemente estrenada en Estados Unidos.

“Odio esto pero como científico no puedo negarlo”.

Es la frase de uno de los personajes de ‘Concussion’, la película recién estrenada en Estados Unidos sobre las conmociones cerebrales que estará en los cines en España bajo el título de ‘La verdad duele’ y en los de Latinoamérica con ‘La verdad oculta’ durante el mes de enero.

A estas alturas, ya es vox populi que los repetidos golpes en la cabeza y las conmociones cerebrales son una causa que aceleran la degeneración del cerebro y, por lo tanto, incrementan los riesgos de enfermedades mentales.No lo digo yo, lo dice la ciencia con numerosos estudios (según ‘Concussion’ el Doctor Bennet Omalu fue el que destapó la caja de Pandora). Creo que es razonable creer, bajo la premisa de Rousseau de que el hombre es bueno por naturaleza, que estos científicos se han movido por el interés de la ciencia (el realismo científico: existe una realidad objetiva basada en la ciencia) y desempeñan sus trabajos con profesionalidad, descartando la teoría más irracional de la cruzada: “quieren acabar con el fútbol americano”.

A diferencia de la película que entona “hollywoodiensemente” esta investigación como la búsqueda de la verdad (como diría Elvis, “la verdad, como el sol, puedes ocultarla pero no desaparecerá”), creo que toda esta información se debe asumir como nuevos conocimientos (como diría George B. Shaw, “si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana e intercambiamos las manzanas, entonces tanto tú como yo seguiremos teniendo una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea e intercambiamos ideas, entonces ambos tendremos dos ideas.").

Sin embargo, el don del conocimiento asusta, da miedo, la gente interpreta mal los nuevos conocimientos e información, y ahí es cuando las madres se vuelven histéricas y borran a sus hijos del equipo de football (como diría el periodista Andy Rooney, “la gente generalmente acepta los hechos como verdad sólo si los hechos concuerdan con lo que creen”). Es la resistencia al cambio, al saber y al conocer, algo que tan bien refleja la película ‘El Dilema’ sobre el descubrimiento de los perjuicios del tabaco, un tema por cierto que se puede asimilar a este de las conmociones cerebrales.

La cuestión es utilizar la información bien, asimilar el conocimiento nuevo y no oponernos a ello por regla, para después tomar decisiones, pensamientos o veredictos que se amoldarán a nuestros valores, moralidad, gustos, costumbres… El conocimiento no se puede parar y nos hace conscientes de la realidad, ello tiene que llevar al mundo del fútbol americano liderado de la NFL, lejos de la tozudez bien reflejada en el documental ‘League of Denial’, a reconocer y aceptar el problema de que su juego puede crear enfermedades mentales, y una enfermedad mental debe verse como una gripe, es decir, una enfermedad. Es la única forma de ofrecer soluciones, de hacer evolucionar el deporte pudiendo modificar su forma para adaptarlo a las nuevas circunstancias sin perder por ello su sentido y esencia. Pero reconozco que las líneas y las fronteras son muy finas, y soy incapaz de aportar medidas específicas sin darle, probablemente, un tiempo más de análisis a este tema, tal como me ha pasado con este primer pronunciamiento. Porque como el personaje de la película, odio todo esto pero no puedo negarlo.