NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

SEATTLE SEAHAWKS

El mes de oro de Russell Wilson y Doug Baldwin para Seattle

Los Seahawks van lanzados hacia los playoffs dirigidos por un QB en estado de gracia y por un receptor que ha encontrado su sitio perfecto.
Green Bay Packers-Seattle Seahawks en vivo online: NFL

Doug Baldwin y Russell Wilson.
Patrick SmithAFP

No sé si ha ocurrido muchas veces en la historia de la NFL que el QB que acaba de jugar dos Super Bowls seguidas, ganando una de ellas, alcance sus mejores números individuales de siempre y, sin embargo, pase medio desapercibido en la batalla por el MVP. Pues eso es lo que está pasando con Russell Wilson en los Seattle Seahawks.

Wilson lleva un mes seguido, cuatro partidos, con unas estadísticas de otra dimensión. Tiene un compañero de andanzas, el receptor Doug Baldwin, que se le suma en la aberración numérica que estoy a punto de explicaros y que convierte a estos Seahawks en el coco que nadie quiere en la NFC, como los Pittsburgh Steelers son el coco que nadie quiere en la AFC.

En estas cuatro jornadas el QB ha completado, ojo a la broma, el 89,9% en la estadística de "pases de precisión", de la que se descuentan los drops y los balones tirados fuera a posta. Su QB rating no ha bajado de 138,5, lo que es surrealista. Ha anotado 16 touchdowns de pase, con cero intercepciones, y ha acumulado más de 1.300 yardas de pase. En cuatro partidos.

Más impresionante es, aún, comprobar que si es Baldwin el que recibe sus pases las cifras se van a 23 pases completados de 28 intentados, 381 yardas, 8 pases de TD... y un QB rating perfecto de 158,3. Perfecto. En cuatro partidos consecutivos.

Se puede pensar que en este mes de oro de la pareja y, por extensión, de los Seahawks sólo han jugado contra peritas en dulce, pero eso no es del todo cierto: 49ers, Steelers, Vikings y Ravens han sido sus rivales. De ellos, dos es más probable que no que vayan a estar en playoff.

Han hecho click, no hay duda. Durante la primera mitad del año uno de los múltiples problemas del equipo era la línea ofensiva. Debido al cambio que hicieron de Max Unger por Jimmy Graham perdieron equilibrio en esa unidad, que nunca fue grande incluso en sus mejores momentos, y el tight end añadió caos al no bloquear a nadie y ser poco más que un receptor. Por si fuera poco, Marshawn Lynch se lesionó y tuvieron que tirar de un corredor rookie no drafteado como Thomas Rawls.

El equipo hizo de necesidad virtud y comenzó a depender más de la habilidad de Wilson para extender jugadas. En ese proceso se encontró con que Baldwin le entendía siempre, le adivinaba las intenciones y se le ponía a tiro para recibir. Bang. Otro primer down. Otra anotación. Y el resultado es que, quizás por sorpresa, se han convertido en una máquina de anotar puntos.

Ahora se les ha lesionado Rawls, y Lynch aún no se sabe cuando volverá. Hay dudas sobre el compromiso de 'Beast mode' con el equipo, con la temporada, incluso con el deporte, pero su mente es inescrutable para el común de los mortales, así que lo único que pueden hacer los de Pete Carroll es esperar y ver acontecimientos.

Pero lo cierto es que, de momento, han conseguido adaptarse a su ausencia creando un dúo que está poniendo patas arriba las secundarias de media liga.

Respecto a la reflexión inicial, hay que ser justo y decir que para ser MVP hace falta tener una temporada espléndida de principio a fin y que hay jugadores que cumplen con ese requisito más que Wilson. Pero lo cierto es que los Seattle Seahawks se van a meter en playoff asustando. Y gran parte de culpa la tienen un QB y un receptor que están completando un mes de un nivel estratosférico.