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Atlanta Falcons 10 - Minnesota Vikings 20

Adrian Peterson tumba a unos insulsos Falcons

El corredor de los Vikings jugó en el Georgia Dome uno de sus mejores partidos. Sus 158 yardas de carrera y 2 TDs dieron la victoria a Vikings.

 Adrian Peterson, corredor de Minnesota Vikings, realizó una de esas actuaciones en las que demuestra por que está considerado el mejor RB de la NFL.
Scott CunninghamAFP

Los Atlanta Falcons llegaban a este partido con una necesidad imperiosa no sólo de ganar sino de volver a encontrar las sensaciones de inicio de temporada, ahora mismo su situación es similar a la que tuvieran hace varias temporadas los Denver Broncos de Josh McDaniels tras iniciar la temporada con 8-0. Los Vikings por su parte querían liderar el norte, además de demostrar que tienen todo lo necesario para ser uno de los equipos sino el más peligroso de toda la NFC en la postemporada. A su favor, la figura de Adrian Peterson, líder de un ataque que puede ser aburrido para el espectador, pero que sin fuegos artificiales es capaz de destrozar lentamente la moral de cualquier rival.

La defensa de los Falcons se contagió del ambiente en el Georgia Dome, frenando en seco a los Vikings en el primer drive del partido. Peterson era placado para perdida de yardas y Bridgewater pese a que conectó con sus receptores en los dos siguientes downs, no consiguió el suficiente yardaje para mantener viva la secuencia ofensiva.

Los Vikings iban a repetir el éxito de sus rivales, frenando rápidamente a unos Falcons que mandarían tres carreras consecutivas con Tevin Coleman en substitución del inactivo Devonta Freeman.

En su segunda oportunidad los Vikings hicieron buen uso de Adrian Peterson. Primero mediante un screen pass que les íba a otorgar una suculenta ganancia, y después a la carrera para que percutiera la ‘goal line’ rival para anotar el primer touchdown del encuentro. Para llegar a esta situación Bridgewater tendría que avanzar más yardas de las debidas, gracias a una penalización sobre Stefon Diggs (excesiva celebración) tras una buena jugada individual. Esto no sería impedimento alguno, Kyle Rudolph avanzaría el restante para permitir que Peterson finalizase. 7-0

Tevin Coleman quería demostrar porque a comienzos de temporada todo indicaba que iba a ser titular en el backfield de los Falcons. Una carrera exterior le permitió escaparse e incluso llegar a divisar la endzone rival, pero Anthony Barr provocó un fumble vital cuando Coleman ya había avanzado para más de 40 yardas. Balón para los Vikings tras un turnover que congeló a todo el Georgia Dome.

Los Vikings estaban haciendo honor al éxito de su temporada, sin grandes alardes, seriedad y sobriedad estaban avanzando sin impedimento. Llevaban 11 primeros downs por cero de sus rivales, todo eso en un primer cuarto. Alternancia y variedad ofensiva en objetivos aéreos y cuerpos terrestres (Peterson, McKinnon). Pero estando dentro de la redzone rival, Bridgewater va profundo y es interceptado por Ricardo Allen en una de esas situaciones tan habituales en las que el quarterback ve a su objetivo desmarcado, pero no atiende a que el safety está rondando la zona.

Atlanta no iba a desaprovechar esto. Drive ofensivo en el que consumió más de siete minutos del reloj, avanzando por tierra (la explosividad de Coleman estaba siendo un problema para el front 7 de los Vikings) y aprovechando a Julio Jones y otros objetivos. Finalmente una penalización les alejaría lo suficiente para tener que acabar conformándose con el ‘field goal’, Shayne Graham no fallaría. 7-3

De aquí al final de la primera parte no habrían más puntos en el marcador, si oportunidades para ellos. Los Falcons la tuvieron pero Matt Ryan terminó siendo interceptado (¿volverá algún día Matty Ice a acercarse a los mejores?). En el drive final los Vikings se acercaron lo suficiente para probar suerte a palos, pero Blair Walsh falló. Dejando un 7-3 final en el marcador, un par de drives buenos en el cual ambas franquicias encontraron algo de ritmo, no ha habido ninguna continuidad en cuanto a juego ofensivo u defensivo (más allá de jugadas de impacto como las interceptaciones, fumble…)

Lo más destacable es Adrian Peterson, que superó a O.J. Simpson y Corey Dillon, convirtiéndose así en el 19º corredor con más yardas en toda la historia de la NFL. Además de que por primera vez desde 2012 lleva cuatro partidos consecutivos anotando un touchdown de carrera.

Los Atlanta Falcons abrirían la segunda parte, y el camino hacia la anotación gracias a un play-action entre Ryan y Roddy White, una conexión mítica en la franquicia sureña y que vive sus últimos días. Posteriormente una penalización defensiva les adentraría en terreno rival para que Tevin Coleman hiciese el resto. Enorme el partido del rookie, sólo manchado por el turnover inicial, en esta ocasión se metería en la endzone en una jugada de pitch, pero el touchdown sería anulado por una falta personal de su propio ataque. Esto iba a situar a los Falcons al inicio de la redzone rival (yarda 20), pero los Vikings inmediatamente iban a cometer una falta que les situaría en la yarda 10.

¿Qué ocurriría tras casi ocho minutos de drive? Los Falcons antes de esta posesión en la redzone rival eran el equipo que más turnovers en contra había permitido en esta zona del campo (6). Iba a acabar engordando esa estadística con otra INT de Matt Ryan, esta vendría en tercer down y largo, un balón sin sentido al fondo de la endzone que el sempiterno Terrence Newman (tercera juventud la suya) iba a interceptar.

Los Vikings iban a seguir siendo conservadores a nivel ofensivo, que al final es lo que más éxito les está proporcionando. Pueden permitírselo con un Adrian Peterson que semana tras semana parece mejor jugador, es increíble lo involucrado que está en la que podemos llamar una ofensiva silenciosa. Sin mucho ruido ni fuegos artificiales, acumula yardas terrestres y de recepción, como en este drive, en el cual prácticamente el solo pone a su equipo en terreno rival, hasta que fueron frenados y tiraron a palos. Esta vez Blair Walsh no falló 10-3

La incapacidad ofensiva de Atlanta para anotar iba a proseguir, Mike Zimmer estaba tapando a la perfección a la primera opción de Ryan: Julio Jones. Matt Ryan parece tener problemas graves para realizar progresiones en sus lecturas una vez el objetivo principal de la jugada está cubierto, lo que podríamos definir como un problema quizá habitual para un novato en la competición, es algo grave cuando nos referimos a un veterano como Ryan.

Everson Griffen, a nivel estadístico individual es notable, pero no sobresaliente. No podemos decir lo mismo del impacto que tiene en la defensa de Zimmer, puro motor y un auténtico quebradero de cabeza para la línea ofensiva y el QB rival, que siempre tiene un ojo encima por la constante amenaza del defensor.

Puede resultar repetitiva la crónica, pero es que de verdad, el ataque de los Vikings no da para grandes alardes explicativos. Menos aún en este final y tras el turnover de Bridgewater en la primera mitad, Zimmer iba a explotar al máximo las condiciones de su corredor. Fue de nuevo Adrian Peterson quien facilitó el trabajo a todos sus compañeros para que de nuevo el equipo estuviese en situación de Field Goal, esta vez con la posibilidad de alejarse a dos anotaciones, sólo 10 puntos, pero tal y como estaba el partido parecía una ventaja definitiva. 13-3

Los Falcons volverían a ser un equipo incapaz de transformar su desempeño ofensivo en puntos. De nuevo Anthony Barr iba a provocar un fumble, esta vez sobre Matt Ryan, pero los Vikings no lo recuperarían en esta ocasión.

Turno de ataque para Minnesota, en lo que significaría la explosión definitiva de un Adrian Peterson machacón que brilla cuando debe brillar. Mientras tanto, se mantiene silencioso e imperturbable en este ataque de los Vikings, acumulando yardas, pero sin los focos y highlights a los que siempre nos ha tenido acostumbrados. Esta inercia se está rompiendo en los últimos cuartos, como ya ocurriese contra los Raiders, esta vez no sería de 80 yardas, pero una enorme carrera por el exterior sería el culmen a la que quizá haya sido la mejor actuación de una temporada memorable a nivel individual. 20-3

Cuando nada parecía tener solución, los Vikings se relajaron en defensa y permitieron avanzar a los Atlanta Falcons con suma facilidad. Pese a ello, la barrera de la redzone, tuvo que llegar un cuarto down con penalización por holding defensivo para que pudiesen anotar por primera vez en el encuentro. Recepción de Williams. 20-10

Al final, un onside kickque recuperaron los equipos especiales de Minnesota. Bridgewater clavó la rodilla en el suelo y dio final a un encuentro extraño. Resulta extraño decir que la defensa de Minnesota no fue espectacular, pese hasta el último momento haber permitido sólo tres puntos a su rival, además de controlar a Julio Jones como nadie había hecho esta temporada.

Pero la principal razón del éxito fue Adrian Peterson y el mal hacer del ataque de Atlanta, drives larguísimos por parte de cada equipo. Hasta quince minutos sumando dos drives llegaron a sumar los Atlanta falcons, sólo sacaron tres puntos en esos quince minutos. El resto, jugadas de impacto y turnovers defensivos. En una tarde especial para Adrian Peterson y en defensa un Anthony Barr, las dos mejores noticias de cara a la postemporada para unos Vikings que líder la NFC Norte. A su manera, la cual cabe decir, es históricamente la mejor forma de realizar una gran postemporada. Que tiemble la NFL.