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El extraordinario pitcher Jake Arrieta será el rival al que tenga que superar los Pittsburgh Pirates en el partido de wild card de la Liga Nacional.
Benny SieuUSA Today Sports

Nos encontramos en el último fin de semana de temporada regular y a falta de saber quién se queda con la segunda Wild Card en la Liga Americana ya tenemos a nueve clasificados para lo que conocemos como October Baseball, es decir la postemporada. Todos sabemos ya de sobras el funcionamiento de los playoffs en la Major League Baseball, donde cuatro equipos se clasifican para las Series Divisionales: como bien indica su nombre la juegan los tres líderes de cada división (Este, Central y Oeste de la Liga Americana y Nacional); el cuarto equipo de cada liga viene determinado por un solo partido a vida o muerte que enfrenta a las dos franquicias que obtuvieron una Wild Card al final de la temporada, eso es los dos equipos con mejor récord en cada liga que no ganaron su división.

Este formato tiene ventajas y desventajas así que mi objetivo no es más que desarrollar esas ideas y que vosotros en la sección de comentarios expongáis si estáis de acuerdo con el funcionamiento actual o si por contra os gustaría que la MLB volviera al formato rigió hasta 2011 en el que solamente un equipo por liga conseguía este pase y entraba de manera directa a las Division Series.

El argumento principal para justificar la implantación del segundo pase es que añade una dosis de drama a la temporada que agrada a cualquier fanático del deporte, pues es lo más parecido a un game 7 de las Series Mundiales que se puede ver. Además, al premiar a dos franquicias en lugar de una se reconoce aún más el mérito de terminar la campaña con un muy buen récord de victorias-derrotas pese a no ser campeones de división, de esta manera, por ejemplo, si una división tiene un nivel muy alto, tal y como ha sucedido este año en la NL Central, asegura que al menos los equipos que terminan con el segundo y tercer lugar respectivamente tengan otra oportunidad para continuar luchando por el Commissioner's Trophy.

Volviendo a la división central de la Liga Nacional para poner en contexto este argumento, los St Louis Cardinals llevan 100 victorias y 60 derrotas a día 3 de octubre, le siguen los Pittsburgh Pirates, ya eliminados de la lucha, con un récord de 97-63 y los Chicago Cubs con 95 victorias y 65 derrotas, nada mal tampoco. Estos tres equipos tienen los tres mejores récords en toda la MLB (¡toda!) y no sería justo que pasado este domingo los Cubs no tuvieran la oportunidad de poder jugar como mínimo un partido más en octubre. Los “nuevos” playoffs garantizan que no suceda tal injusticia.

Con todo esto en cuenta, el gran argumento en contra de esta segunda Wild Card es que un mísero partido nos va a privar a nosotros los seguidores del béisbol de ver a los Pirates y los Cubs en las Series Divisionales cuando han sido mejores que el resto de la liga con excepción de los incansables Cardinals y los Texas Rangers, por ejemplo, ya han ganado su división con 87 victorias, por lo que seguro que jugarán como mínimo tres partidos en la postemporada.

Al ver esta descompensación, las redes se han inundado de posibles soluciones al formato actual, como que la serie sea un poco más larga, a tres partidos, por ejemplo, o acortar la temporada regular con tal de alargar los playoffs con ocho equipos por liga, tal y como viene haciendo la NBA.

Lo que está claro es que no existe el sistema perfecto para contentar a todos los equipos y aficiones respectivas, pues aquí ya entran en juego los intereses de cada franquicia. Seguro que si a los Pirates les preguntan ahora qué formato prefieren responderían que les gustaba más cuando sólo había una Wild Card, pues evitarían enfrentarse a Jake Arrieta; los Cubs, sin embargo, probablemente argumentarían que ya les parece bien la existencia de la serie a partido único, que merecen estar en esta posición.