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Fútbol Indoor

El Porto funcionó como una máquina perfecta y goleó

La falta de llegada condenó al Celta de Michel Salgado a no estar nunca dentro del partido. Los portugueses, con goles y buen juego, presentan sus credenciales al título.

Enorme expectación en el Pabellón Municipal de Navia por el reencuentro de dos históricos del celtismo con los que fueron sus colores, aunque en el partido vistiesen de rojo. Por ello las mayores ovaciones en la presentación de los equipos fueron para Giovanella y Míchel Salgado, además de la pitada en su regreso a Galicia del que durante unas semanas este año fue entrenador del Deportivo de La Coruña, Domingos Paciencia, que jugó con el FC Porto.

El partido arrancó con un Celta centrado que se hizo con el control del encuentro pero sin la profundidad necesaria como para frenar ocasiones claras de peligro. En cambio los portugueses no desaprovecharon la primera que tuvieron en el minuto 6, un pase al segundo palo en el que Capucho, libre de marca, hizo el primero del FC Porto. A partir de ese momento los visitantes se sacudieron los complejos iniciales y se fueron con más convicción y más pegada hacia la portería de un Emilio inspirado pero que nada pudo hacer ante el disparo de Mario Silva que supuso el segundo para los blanquiazules. Fernado Couto tuvo una doble oportunidad de marcar de tiro lejano. La primera la sacó cuando ya se colaba, bajo palos, su compañero Rui Barros y el segundo fue invalidado por el colegiado tras demorarse en el lanzamiento de una falta.

A pesar de que el Celta no dejó de intentarlo en ningún momento en pocas ocasiones fue capaz de encontrar hueco para disparar y menos entre los tres palos. Todo lo contrario que un FC Porto que en dos jugadas consecutivas anotó por mediación de Pedro Mendes. Los últimos minutos del primer tiempo se consumieron entre las entradas fuertes por parte de jugadores de ambos equipos, que acabaron con Fernando Couto lesionado y una tensión que el descanso acabó por cortar.

La segunda parte fue un calco de la primera, con un Celta que controlaba el balón sin problemas pero con muchas dificultades para llegar. Un estilo de juego contrarrestado por el contraataque y el disparo contundente de los jugadores blanquiazules que apenas desaprovechaban cada una de las oportunidades que tuvieron. Así fueron llegando, uno tras otro, los cinco goles que llegaron a poner el 0-9 en el marcador de Navia. La casta del Celta y las ganas de agradar a los aficionados hicieron que las ocasiones empezasen a llegar y con ellas los goles. El primero de los olívicos les hizo recuperar la tensión y la grada volvió a meterse en el partido. Tanto que fueron llegando los goles que hicieron soñar con una remontada que no llegó porque a falta de cinco minutos Pedro Mendes y Capucho en sendas contras volvieron a poner tierra de por medio con los locales en un partido que dominaron con su mayor pegada de principio a fin. Jacobo Campos marcó el último gol en el descuento para que los aficionados locales se fuesen con un mejor sabor de boca.

Con lo demostrado en Vigo el FC Porto presenta su firme candidatura a la Liga Fertiberia mientras que el Celta se queda tocado tras su segunda derrota consecutiva.