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GOlf | desaparece una leyenda Mundial

"Todos los homenajes no serán suficientes"

Emotivo abrazo de Olazábal y Jiménez en un Open de España triste

Actualizado a
<b>ABRAZO. </b>En la imagen superior se ve a Olazábal y Jiménez, dos grandes amigos de Seve, abrazados. A la derecha, el marcador con 'Seve Forever'. Abajo, el minuto de silencio.
getty

Ayer, el día amaneció gris, plomizo y amenazando lluvia. La impresionante instalación de El Prat, en Terrassa (Barcelona), destilaba tristeza con todas las banderas a media asta en señal de duelo.

A las siete de la mañana empezaron a llegar los jugadores que iban a disputar la tercera vuelta del Open del España y todos comentaban la noticia que se había producido en la madrugada: el fallecimiento de Seve.

El primer golfista en iniciar el recorrido, a las 07:50, fue el barcelonés Eduardo de la Riva luciendo ya un crespón negro en su polo como portarían todos los jugadores. Alrededor de las ocho de la mañana llegaba la jefa de prensa del torneo, María Acacia López Bachiller, y tanto su móvil como los teléfonos del centro empezaron a echar humo; arrancaba un largo y sombrío día.

Poco después llegaba el malagueño Miguel Angel Jiménez, uno de los grandes amigos de Seve y miembro del Comité de Jugadores del Circuito Europeo. Visiblemente cansado, ya que había estado casi toda la noche en blanco, señalaba: "Los jugadores hemos decidido seguir en el torneo hasta el final; es el mejor homenaje que podemos hacerle a Seve y sé que es lo que a él le hubiese gustado".

Jiménez explicó que su espejo "nunca daba nada por perdido y siempre buscaba un rincón por donde poder salir. Ese era el reflejo de su gran personalidad".

Tras el malagueño, aparecía José María Olazábal, quizás el jugador más estrechamente ligado a Seve. "Era como su hermano pequeño", comentaban los jugadores. Olazábal fue al campo de prácticas y no pudo contener las lágrimas. Cada golpe salía con una rabia inusual y sumido en un mar de nervios.

Tristeza.

Quince minutos antes de su salida (09:30 horas) se iba, completamente derrumbado, a la sala de jugadores. Jiménez le vio y fue a su encuentro, se fundieron en un largo abrazo y le consoló: "Sé que es un momento de gran tristeza, pero al menos sabemos que al final no sufrió".

Alrededor de las diez de la mañana los responsables del Circuito Europeo decidían que a las 14:45 se pararía la competición y todas las actividades para guardar un minuto de silencio en memoria de Seve. Esa sería la imagen más emocionante de toda la jornada y, a su conclusión, los miles de aficionados que habían acudido al torneo irrumpieron en una fuerte y larga ovación.

Otro momento muy emotivo fue la llegada al campo de Emma Villacieros, expresidenta de la Federación Española. A la entrada le comunicaron la noticia; no la conocía y no pudo reprimir las lágrimas. Tras elogiar la figura del jugador, formuló un deseo: "Sólo espero que el Comité, que dentro de unos días debe elegir la sede de la Ryder de 2018 a la que Madrid es candidata se la otorgue a España, como homenaje a Seve".

En un día así, era imposible que los nervios no aflorasen en los españoles. De los nueve que compitieron, ocho realizaron la peor vuelta de los tres días; Olazábal presentó 3 sobre par, Jiménez, +4; Garrido y García-Heredia, +7, Larrazabal, +1, Velasco, +3 y Cabrera-Bello, +2,

Olazábal, visiblemente afectado y que volvió a recibir el abrazo de Jiménez al final del día, no pudo hablar apenas. "No creo que todos los homenajes que se le rindan sean suficientes por todo lo que hizo y por lo que representó". Y añadió: "He vivido tantos momentos de mi vida junto a Seve que no podría destacar alguno. Le admiraba por su personalidad, por su fuerza, su pasión en lo que hacia; su espíritu de lucha y una devoción ilimitada por el golf".