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BALONMANO | COPA EHF | LEMGO 30 - ADEMAR 25

Reale Ademar se despide de Europa ante el Lemgo

Ademar puso fin a su andadura europea con un partido en el que tuvo pocas opciones reales con tan escasos argumentos y sin que apareciera en ningún momento el contragolpe.

Un Reale Ademar en el que única referencia clara fue Ángel Montoro y la notable actuación de Vicente Álamo en portería, fue incapaz de soñar tan siquiera con una remontada que ya se planteaba como una proeza ante el vigente campeón de la Copa EHF, el TBV Lemgo, que venció en los dos partidos de la eliminatoria, en este caso por un gol más, 30-25.

A pesar de que se pensaba en que los cuatro goles del encuentro en León habían sido fruto de un día especialmente inspirado de los alemanes, lo cierto es que Ademar puso fin a su andadura europea con un partido en el que tuvo pocas opciones reales con tan escasos argumentos y sin que apareciera en ningún momento el contragolpe, una de sus principales armas.

Con una defensa agresiva al máximo, que se echó en falta sobre todo en la primera mitad en León y la inspiración de Vicente Álamo en la portería, Reale Ademar empezó tuteando a su rival e incluso disfrutando de alguna efímera ventaja (3-4, minuto 5). Sin embargo, en la portería rival el checo Martin Galia no le iba a la zaga y repetía la efectividad del primer choque, con lo que la igualdad presidía estos primeros minutos sin un dominador claro en el juego y marcador.

Los leoneses, que mediado el primer tiempo volvían a tomar la delantera bajo el acierto de su guardameta, pero cuando disfrutaron de mínimas ventajas desaprovecharon varios ataques para abrir más brecha y lo pagaron con un parcial en contra de 4-0 que obligó a Jordi Ribera a solicitar tiempo muerto (11-8, minuto 24). Otra vez más el extremo eslovaco, máximo realizador ademarista, Martin Stranovsky, muy bien secundado por el joven Ángel Montoro, que una vez más sentó al internacional croata Denis Buntic, permitían acercar a su equipo en el marcador al descanso, 14-13.

El juego previsible con la excesiva dependencia sobre Montoro facilitaba el trabajo defensivo alemán que se encontraba como pez en el agua ante tan pocos argumentos ofensivos, lo que le permitía ampliar su renta hasta los cinco goles (26-21, minuto 50) y ya empezar a pensar en la semifinal europea.