El Granollers gana, pero no remonta y pierde la Recopa

Un Fraikin Granollers muy mejorado respecto del partido de ida frente al Gummersbach alemán, no pudo no obstante proclamarse campeón de la Recopa.

Su victoria de hoy (37-33) no fue suficiente para arrebatarle el título al equipo alemán, que se presentó en el Olímpic con una cómoda renta de nueve tantos que supo gestionar con criterio durante todo el choque.

No era una empresa menor la que tenía hoy el conjunto de Lorenzo Rueda: conquistar su segunda Recopa de Europa 34 años después de la primera ganando por una decena de goles a un histórico del balonmano alemán, vigente campeón de la EHF e invicto esta temporada en competición europea.

El Granollers jugó un buen partido, eso sí, ante una afición entregada, pero la mala imagen dada en Alemania dio al traste con cualquier posibilidad de alzarse con el título.

Los catalanes evitaron hoy los errores de la ida. Esta vez sí saltaron a la pista del Olímpic con los cinco sentidos puestos en el choque, evitando las pérdidas tontas de pelota que tantos goles le costó a la contra en la ida y aprovechando sus opciones desde el punto de penalti.

Con una defensa presionante 6-0, en la primera mitad puso en aprietos al Gummersbach, incómodo en el ataque estático y que apuraba hasta rozar la pasividad cuando no podía armar una contra.

Así, la escuadra germana sólo pudo adelantarse en una ocasión en todo el primer tiempo (4-5, min.10). El resto, fue para Fraikin Granollers, que rompió el partido con dos rápidas acciones de Puig y Grundsten (8-6, min.15), e incluso llegó a dominar por tres goles (12-9, min.20, 16-3, min.26) gracias al acierto de Cutura desde los siete metros y al buen trabajo de la primera en las acciones de dos contra dos.

El 18-16 del descanso dejaba abierto el partido para la segunda mitad, pero el Gummersbach no dio opciones a los locales en el arranque del segundo acto. Sead Hasanefendic sorprendió de salida con una defensa 5-1 que permitió a sus hombres robar más adelante y salir en velocidad.

El meta Stojanovic despertó por fin y del resto se encargó el brazo derecho de Szilagyi, un cañón desde los nueve metros que solucionaba cualquier atasco en la ofensiva alemana.

Con un parcial de 0-5, el Gummersbach se puso por delante en el marcador (20-22, min.38) y ahí acabó la final. Rueda cambió a Olhander por Pérez. El meta del conjunto vallesano encadenó varias acciones de mérito, el equipo se vino arriba y pensó que, si ya no podía levantar la Copa, al menos podría hacerlo con el partido.

Aprovechando varias situaciones de superioridad, el Granollers le dio de nuevo la vuelta al encuentro (25-23, min.43) gracias a la inspiración de García y Andreu. Ya no volvió a ponerse por debajo en el marcador.

El Gummersbach, que ya se sabía campeón, permitió el intercambio de tantos, en el que con la relajación lógica de los minutos finales, se llevó la peor parte. Al final, el 37-33 hizo justicia al Granollers, el que más necesitaba ganar hoy y también el que más lo quiso. Los alemanes perdieron esta noche su imbatibilidad en al competición. No obstante, se llevaron merecidamente el título.