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Pekín 2008 | Gimnasia

Deferr, plata de ley

Gervasio Deferr llegó a los Juegos Olímpicos de Pekín entre dudas. Renqueante de una lesión que le traía "loco", no sabía cómo iba a responder. Lo hizo y de qué manera: con una nueva medalla. Y ya van tres citas olímpicas consecutivas.

Actualizado a
El gimnasta español ganó en suelo su tercera medalla olímpica.

Gervasio Deferr entra en la historia por la misma puerta que Joan Llaneras. Dos oros y una plata en tres Juegos consecutivos permiten a uno moverse entre los más grandes. Gervi lo es porque ayer aguantó la presión que ahogó a sus dos grandes rivales, Dragulescu e Hypolito, que se cayeron de culo (literal). Sólo el chino Zou Kai pudo superarle. En Sydney y Atenas fue medalla en el ejercicio de salto, ahora lo es en suelo, aunque su suelo nos queda a todos muy lejos. Muy arriba. En la previa, entre lecturas y nervios, el catalán nos dijo que la medalla de oro estaría entre 16.000 y 16.100. Cirujano Deferr, preciso a más no poder: el primer puesto valió 16.050, puntuación que firmó el chino Kai, que no robó.

Gervi había metido al chino en las quinielas cuando sólo se hablaba de Hypolito y Dragulescu. Pronto, estos dos se cayeron. Las dos caídas fueron un calco. A Dragulescu, la pifia le supuso un 14.850 y a Hypolito un 15.200, pero la moraleja era la misma: ambos se despedían de las medallas. Fue Zou Kai el que se erigió en la nota a batir con su 16.050 en un ejercicio al que Deferr le vio "tres cosillas o faltas de perfección". Pero él también cometió un desliz ?palabras de Alfredo Hueto? en el Cristo invertido. En el último Mundial, en el que Hypolito le quitó el oro, Deferr pasó demasiado los pies y aquí, en Pekín, quizá por no cometer ese mismo error, tuvo un momento de duda.

Recuperado. El 15.775 (en la clasificación firmó 15.825) le permitió adjudicarse la plata, mientras que el bronce fue para el ruso Anton Golotsutskov (15.725). Hace nada, en el Campeonato de España, Gervasio no tenía buen feeling. Una lesión le traía loco y no sabía cómo iba a responder. Ahora ya lo sabemos. Con otra medalla que hace aún más grande a este gimnasta al que le cuesta ponerse a entrenar, pero definitivamente genial sobre el tapiz. Hueto le llama "el Maradona de la gimnasia". La sangre argentina que corre por sus venas (sus padres) tenía que ofrecernos una genialidad así.