Desde el punto de vista energético, cuando un deportista inicia una determinada actividad física se ponen en marcha una serie de mecanismos encaminados a restablecer el equilibrio inicial (llamado homeostático). Estos mecanismos requieren del consumo de energía, la cual es aportada mediante los alimentos, que en primer lugar son digeridos, luego absorbidos y, finalmente, metabolizados.

Así, por metabolismo entendemos el conjunto de transformaciones físicas, químicas y biológicas que experimentan las sustancias introducidas o formadas en el organismo, ya que la energía de los alimentos no se transfiere directamente a las células, sino que es recogida y canalizada por un compuesto llamado ATP, que sería algo así como la gasolina que necesita un automóvil. El problema es que la cantidad de ATP que tenemos en los músculos es muy limitada, no permitiendo esfuerzos de más de 4 segundos aproximadamente, por lo que deberá irse reciclando y resintetizando continuamente dentro de cada célula. Para conseguirlo, el sistema de aporte energético del organismo tiene tres vías fundamentales: anaeróbica aláctica, anaeróbica láctica y aeróbica.

La vía anaeróbica aláctica no necesita oxígeno ni da origen a una gran acumulación de ácido láctico. Se sirve de la fosfocretaina. Esta vía se utiliza en esfuerzos de gran intensidad y corta duración (no más de 10-15 segundos), como trabajos de máxima velocidad o potencia.

La vía anaeróbica láctica parte de la utilización de la glucosa almacenada, sin necesidad de oxígeno, pero da lugar a una gran acumulación de ácido láctico, que produce la fatiga y una reducción el rendimiento. Este sistema energético se da en esfuerzos máximos de entre 15" y 90" aproximadamente, como una carrera de 400 m.

La vía aeróbica consiste en la degradación de hidratos de carbono, grasas (sobre todo a partir de 30-40 minutos) y, excepcionalmente, proteínas, y siempre con presencia de oxígeno. Mediante esta vía se obtiene una gran cantidad de energía, pero tiene menor potencia que las anteriores. Es la vía adecuada para trabajos de intensidad media y larga duración, como las carreras de fondo.

En realidad, el suministro energético comienza prácticamente de forma simultánea desde los tres sistemas energéticos, pero, en función del tiempo y la intensidad del ejercicio predomina más uno u otro.

La resistencia depende de los sistemas energético, muscular y cardiovascular y también de aspectos psicológicos.