De la Ossa fue bronce y Lebed acabó hundido

Se decía que Juan Carlos de la Ossa no estaba para subir al podio (él mismo lo confesaba anteayer en AS) y que el ucraniano Sergei Lebed iba a conseguir de nuevo el oro, séptimo y sexto consecutivo. El mundo al revés. Juan Carlos fue bronce y suma su tercera medalla individual en los Europeos, y Serguei se hundió en el puesto duodécimo.

España lo hizo bien ayer en los Europeos de cross de San Giorgio su Legnano (Italia), porque además de ese bronce de Juan Carlos, se llevó el mismo metal por equipos. Pero aquí se esperaba más. Incluso la victoria. Cedió sólo ante Marruecos B, como llaman los nuestros a Francia, por el lugar de nacimiento de sus atletas, y ante Portugal. Además, los júniors se llevaron la plata por equipos, aunque Mohamed Elbendir acabó octavo, cuando había viajado con la medalla de oro en la cabeza.

Volvamos a De la Ossa. Demostró que es el mejor, con diferencia, y eso que no preparó la competición. Estuvo siempre atento a la cabeza, rompió la carrera entre el kilómetro cuatro y el cinco, dio la cara después y supo ver que Lebed no era el de los cinco años anteriores. Pidió relevos a los que le acompañaban, de forma ostensible y clara, y recibió algo de ayuda, pero no mucha.

Se quedó luego en cabeza con el británico MoFarah y con el portugués Fernando Silva, uno de los hombres que había respondido a su invitación de tirar para cortar las alas a Lebed, pero cuando el inglés nacido en Somalia atacó, nadie pudo hacer nada. Estamos ante un gran fenómeno de las medias distancias. Al tiempo.

El resto de españoles no estuvo a la altura de lo que se esperaba, aunque la potencia de nuestros cross vale para ser bronce. Sobresaliente para Carles Castillejo, undécimo, un puesto por delante de Lebed. Los demás estuvieron un peldaño por debajo de lo esperado, y, en el caso de Penti, dos o tres escalones peor de lo que se pronosticaba. Entró en la meta último del equipo, con síntomas de flato. Seguimos ahí, pero continuamos sin ganar individualmente.