Gatlin bate el récord del mundo por una centésima

El ser humano ha vuelto a romper la barrera del sonido, o de la luz, un relámpago negro más brillante que el relámpago negro anterior. Hasta la carrera de 100 metros de Doha, en el desierto de Qatar, el límite de la velocidad humana estaba en 9.77 en los 100 metros. Ahora está en 9.76. El destello ha durado una centésima menos. Asafa Powell, jamaicano de Kingston, era el rey de los purasangres, hijo de un predicador, hermano de dos chicos muertos en la flor de la vida, el uno asesinado, el otro accidentado. Desde ahora lo es Justin Gatlin, norteamericano de Brooklyn, que en el país de los jeques y de los petrodólares ha rebajado ese límite, que ya parecía imposible. Siempre parece imposible correr un poco más rápido en tan poco tiempo, en tan poco espacio.

El nuevo dígito a batir es 9.76, ese que aparece en la página siguiente, oscurecido casi por un fogonazo. Pero se batirá. Y quizá este mismo año. De hecho Asafa Powell corre hoy mismo en Santo Domingo, en la República Dominicana, en pleno Caribe. Y él también aspira a romper la barrera del sonido, de la luz... Pensar que en tiempos alguien dijo que era físicamente imposible bajar de los diez segundos

Gatlin afrontaba en el Qatar IAAF Super Tour de Doha su segunda carrera del año. Después de abrir la temporada hace una semana en Osaka, con un crono de 9.95 y leve viento contrario, advirtió: "Estoy camino del récord". No lo decía en vano, por lo que se vio ayer. De hecho, volvió a avisar en las eliminatorias de la reunión qatarí: 9.85 con viento de 1,1 a favor. Y no era mal aviso, porque igualaba su marca personal, la de la final olímpica de Atenas 2004.

En la final, viento de espaldas a una velocidad de 1,7 metros por segundo (al principio se a unciaron 2,0). Y galopada hasta los 9.76 que unifican el trono de la velocidad. Fasuba acabó en 9.84, récord de África, por cierto...

Y, por cierto, mejor marca que las de Carl Lewis, Linford Christie, Leroy Burrell...

Hasta ahora Gatlin era el campeón olímpico y mundial, pero no tenía ni había tenido jamás el récord, que pertenecía Powell. Ahora ya lo tiene todo. Él ya se había autoproclamado repetidas veces como el mejor, porque argumentaba que el más rápido es que se lleva las medallas de oro, pero en su subconsciente sabía que necesitaba más, y por eso repetía una y otra vez que quería el récord del mundo. Ya lo tiene. Plusmarca y títulos.

Pero decimos que el récord se batirá, que el fogonazo será pronto más corto y más intenso. ¿Por qué no esta noche? Por Santo Domingo anda Asafa Powell, el rey destronado. Cierto que nunca un récord mundial de los 100 metros se ha batido en días consecutivos. Pero también era cierto que hasta ahora nadie había corrido en 9.76. ¿Por qué no 9.75? ¿Por qué no hoy mismo?