"Podemos ganar, pero Bielorrusia no deja jugar"

Taraflex no es un tenista bielorruso, pero bien podría. Taraflex es el nombre de la superficie sobre la que España jugará la primera eliminatoria de la Copa Davis contra Bielorrusia, del 10 al 12 de febrero, en Minsk, 22 grados bajo cero a poco que refresque. Conviene familiarizarse con el término porque lo escucharemos en los próximos días junto a los apellidos de los bielorrusos: Mirnyi, Voltchkov, Bury, Tarasevitch... y Taraflex. Compite a su lado y quizá sea nuestro rival más temible.

"Jugar en esa superficie será como hacerlo sobre el hielo", advierte Emilio Sánchez Vicario, capitán del equipo español desde el pasado octubre y gloria del tenis patrio a finales de los 80 y primeros de los 90.

Emilio, que ayer cumplió 38 años (y se lo calló), acudió ayer a la Fundación Ferrándiz-AS acompañado por el presidente de la Federación, Pedro Muñoz. El objetivo, explicar su proyecto y analizar las opciones españolas en la eliminatoria que viene. Entre el público, además de ilustres periodistas y emblemas del deporte, jóvenes de 16 años que no han visto jugar nunca al conferenciante, pero que le muestran su entusiasmo. Ellas, incluso, suspiran.

"Bielorrusia no ha perdido nunca en su casa y ha vencido a Alemania o Argentina, equipos de nuestro nivel. La pista que han elegido no te deja jugar al tenis, escupe la bola. El Taraflex es una superficie que si es nueva resulta aceptable. Pero si esa pista es vieja y la enrollan y desenrollan, es como hielo".

"Los bielorrusos son muy destructivos porque juegan a no competir. Podemos vencer, pero las ganas de los nuestros serán fundamentales para pasar la eliminatoria".

La trampa.

Es decir, que nos espera una trampa. Más temible aún si pensamos que España no contará con Nadal, Ferrero y Moyá, los dos primeros recién salidos de diferentes lesiones y el tercero declarado objetor de conciencia, concentrado en recuperar su tenis. En su ausencia, Robredo, Feliciano, Ferrer y Verdasco son los elegidos.

Pero de nada vale quejarse de la superficie o de las bajas. "Para evitar este tipo de pistas, la Federación Internacional está trabajando en una máquina que mida el bote de las bolas, pero todavía no está lista. Hay que asumir que nuestros rivales elegirán lo que nos haga más daño. Hasta los argentinos me han confesado que si jugáramos contra ellos elegirían la hierba".

En esas condiciones, con la estadística metiendo miedo (el 80% de los países que juegan en casa ganan) y con el gigante Mirnyi (29º del mundo) amenazando con sus saques, el doble, la asignatura pendiente del equipo, puede ser un punto decisivo. "Mago no soy. Hay muchos jugadores con potencial para jugar el doble y mi idea es que incluyan el doble dentro de sus calendarios. Quisiera que tuviéramos cuatro parejas que disputaran este tipo de torneos diez o quince semanas al año. Sería en los torneos menos importantes y les valdría para mejorar su juego. Lo importante es llegar a un nivel en el que tengamos opciones de ganar".

Y la necesidad es imperiosa. Emilio explica que en un partido, si se juegan en total 100 puntos, 90 se resuelven con el saque, por lo que sólo quedan diez por disputarse.

Aunque falte, la sombra de Nadal es alargada. "Nos gustaría contar con él, porque es pura energía y energía positiva, pero esta superficie es la peor para su pie lesionado".

"Nadal es totalmente competitivo en pista rápida. Lo ideal sería que pudiera hacer un tipo de tenis sin tanto esfuerzo. Resbalar en tierra no es tan dañino, pero es que él resbala también en las pistas rápidas y eso provoca lesiones de stress. Si saca mejor, volea más y define con más precisión, menos tiene que correr. Pero vete a convencer a alguien que ha ganado once títulos en 2005 que tiene que mejorar. Si ya es un gran campeón, cómo lo motivas. Aunque hay quien lo consigue. Agassi cambió de entrenador a los 34 años para mejorar su volea y la pega como nunca. Nadal debe de tener mentalidad de querer más, y eso es lo más difícil cuando se está arriba. Su tenis exige mucho esfuerzo y ese esfuerzo le ha provocado la lesión".

Recuperado.

Ferrero también merece un comentario. "No tengo noticia de que no esté dispuesto a jugar la Davis y darlo todo, al revés. Cuando perdió en Melbourne le dieron entre diez y quince días para volver a sacar por una lesión en el abdomen, por eso hubiera sido contraproducente que viniera".

"Después de haber estado el 80 o 90 del mundo ya ha hecho lo más difícil al volver a situarse entre los primeros, el 18. Lo más difícil es mentalizarte de nuevo y sentir que puedes ganar a los que tienes por delante. En los torneos de Estados Unidos le irá bien. Luego, en la tierra, tiene que volver a ser el jugador al que nadie puede tocar. Lo principal es que luche contra sí mismo. El tenis al más alto nivel es todo psicológico, la diferencia está en la cabeza. Y él lo puede volver a hacer si se acuerda de cómo ganar. Agassi y otros se han vuelto a acordar. Ferrero tiene cualidades técnicas y juventud para conseguirlo".

Y por último, el primero, Roger Federer, reciente campeón del Abierto de Australia, su séptimo Grand Slam con sólo 24 años. "Federer ha vuelto a abrir el libro del tenis. Lo ha revolucionado cuando la mayor parte de los jugadores se estaban volviendo muy mecánicos. Es un modelo para los jóvenes y para todos. Hewitt y Agassi han tenido que entrenarse más para plantarle cara y están jugando mejor que cuando eran los números uno. Nadal va a tener que mejorar mucho en pista rápida. Eso sí, todavía le queda para alcanzar los títulos de Emerson (12) o Sampras (14)".

Emilio Sánchez Vicario no sólo está preocupado por el presente, también por el futuro. Especialmente, del tenis femenino. "El fenómeno del tenis con Arantxa y luego con Conchita no se ha sabido aprovechar bien. España es en muchas cosas un país muy machista. Se palpa el machismo en los medios que se ponen a disposición de chicos y chicas. En un grupo con el mismo número de chicos que de chicas, los chicos tienen siempre más pistas para practicar".

"La chica es más madura cuando crece y según va viendo todas estas cosas se pregunta: ¿Y yo qué hago en este deporte?. Se ayuda más a los chicos que a las chicas y por eso se van perdiendo talentos femeninos, que los hay. Sólo la pirámide de formación de los chicos está bien hecha, por eso salen constantemente".

"En un reciente torneo nacional para promesas, el campeón masculino ganó 3.000 euros, mientras la chica ganadora se llevó sólo 300. La Federación hace un esfuerzo muy grande, pero arrastra el mal 'background' de hace 10 años. Por eso también faltan sponsors. Contamos con cinco títulos en la Copa Federación y otras tantas finales, pero a ninguno de esos títulos se les ha dado tanta importancia como a los conseguidos por los hombres, y en eso los medios tienen mucho que ver".

"Las chicas que empiezan se miran al espejo y ven que les está saliendo músculo y eso en principio no encaja con el modelo de mujer delgada, aunque luego algunas tenistas eslavas sean mucho más espectaculares que las propias modelos".

Pedro Muñoz, el presidente de la Federación, también tiene algo que decir: "La apuesta del equipo federativo es un hecho. En el Campeonato de España ya se repartieron los mismos premios para chicas y chicos. Llevamos sólo un año y se ha doblado el número de torneos, más el plan 'Enamórate' (captación de tenistas entre 9 y 11 años) y el plan de seguimiento. Los mejores entrenadores están con el tenis femenino. Obras son amores..".

"En categoría masculina, contamos con diez chicos de entre ocho y diez años que ya son campeones del mundo. Nuestra fábrica nos asegura jugadores para los próximos años". Entre esos talentos que vienen, tanto Muñoz como Emilio Sánchez Vicario coinciden en señalar a Gueorgui Rumenov, un joven de origen búlgaro de 16 años con 15 de residencia en España, aunque todavía sin el pasaporte español.

"Acaba de ganar el campeonato del mundo de 16 años. Es el centro de los recursos de la Federación en un futuro tenista y si sigue los pasos adecuados llegará a la Davis", explica Emilio. Pero el camino es largo. "Ahora le toca el junior ATP y luego los profesionales, siempre empezando de cero...".