Fonsi aplaza su boda con Ariadne por las carreras

Sea por lo que sea, al pobre de Fonsi Nieto no hay manera de casarle... al menos de momento. El piloto de Superbikes tenía previsto contraer matrimonio con la modelo Ariadne Artiles el próximo mes de octubre, pero los numerosos compromisos que debe atender al participar en el Mundial de la especialidad (ya saben, que si carreras, entrenamientos, atención a los patrocinadores...) han obligado a la atractiva pareja a aplazar momentáneamente el enlace, hasta encontrar un hueco en sus apretadas agendas profesionales.

Porque no sólo Fonsi anda muy ocupado estos días. Ariadne ya es una de las modelos más cotizadas de nuestro país (méritos no le faltan, desde luego) y ha sido una asidua en la pasada Pasarela Gaudí e incluso en un desfile lució un vestido de novia de Petro Valverde, quién sabe si buscando inspiración para el aplazado enlace.

Mientras, lo que Fonsi tiene muy claras son dos cosas. La primera, que aún no quiere ser padre ("me encantan los niños, pero de momento ni me planteo tenerlos", señaló) y, la segunga, que su ex Elsa Pataki no acudirá a su boda, sea cuando sea. "La he querido mucho y es estupenda, pero es pasado", finalizó.

Sharapova y Serena rivalizan con sus escotes

Pues no, no hubo al final presencia de conejitas de Playboy en la entrega de los Premios ESPY norteamericanos y la atención de las cámaras volvió a girar hacia los verdaderos protagonistas del acto, actores y deportistas. El Kodak Theatre californiano, lugar en el que se entregaron los galardones, vivió un duelo de tenistas que, más allá de la tierra batida, el rebound ace, el cemento o la hierba, siempre depara comentarios enfrentados. Pero en esta ocasión no hubo lugar para la polémica: Maria Sharapova y Serena Williams lucieron sendos escotes espectaculares. Y no hay más que hablar.

Un seguidor del Inter destroza el local de Vieri

El cambio de equipo Inter-Milán que ha llevado a cabo Christian Vieri durante este verano no le ha sentado demasiado bien a algunos seguidores interistas. Tanto que un joven de 31 años, llamado Stefano G., destrozó el local de Bobo, el restaurante Baci&Abracci (Besos y Abrazos), sito en la céntrica via De Amicis milanesa. El energúmeno, visiblemente borracho, la emprendió a golpes con una vidriera, logrando partirla y que sus fragmentados cristales cayeran sobre algunos comensales. La Policía le arrestó poco después y sólo informó que era "un seguidor del Inter". Le faltó añadir "muy cabreado", claro.