Italia se lleva un duelo descafeinado

Italia, defensora de la corona continental, y España, bicampeona del mundo, cerraron la primera fase del Europeo de fútbol sala con un duelo 'descafeinado' que finalizó con un claro triunfo transalpino por 3-1.

España e Italia repitieron en Ostrava la final del Mundial que disputaron hace dos meses en Taiwán. Pero fue una revancha sin la tensión que caracteriza los enfrentamientos entre italianos y españoles. Había muy poco en juego sobre la pista del CEZ Arena. Ambas estaban clasificadas ya para semifinales y tanto Javier Lozano, seleccionador español, como Alessandro Nuccorini, técnico italiano, utilizaron el partido para dar minutos de juego a todos sus hombres y evitar esfuerzos innecesarios a algunas de sus piezas clave.

Antes del descanso ya habían saltado a la cancha todos los jugadores de las dos selecciones, a excepción de los porteros suplentes. En teoría, si se cumplen los pronósticos, españoles e italianos protagonizarán un duelo mucho más intenso el domingo con la corona continental en juego. Antes, el viernes, los de Lozano deberán superar en semifinales a Ucrania y los de Nuccorini a Rusia.

Italia fue superior en el primer acto del partido. Defendió mejor, jugó a la contra con mucha rapidez y dispuso de más ocasiones de gol. Marcó pronto, en el minuto 4 por medio de Vinicius Bacaro, y España no supo reaccionar. La segunda parte fue más equilibrada.

El equipo de Nuccorini volvió a golpear en el arranque con un gol de Scala (m.22), pero los españoles, enrabietados, mejoraron su rendimiento y comenzaron a hacer sufrir a su rival.

Los hombres de Lozano se emplearon con más intensidad en defensa, provocaron las imprecisiones de los italianos y pasaron a llevar la iniciativa. Acortaron distancias con un gol de Torras (m.26) y pareció que estaban en disposición de igualar la contienda, pero no lo consiguieron.

Un tanto de Edgar Bertoni (m.29) cimentó definitivamente el triunfo italiano. El jugador de origen brasileño, como lo son la gran mayoría de los de la selección de Nuccorini, batió a Rafa con un disparo plagado de fortuna. Tiró con la derecha, el balón tropezó en su pierna izquierda, varió de trayectoria y despistó por completo al guardameta español.

La recta final del partido no tuvo más historia que la excentricidad de Nuccorini cuando sólo quedaban tres segundos de juego efectivo. El seleccionador italiano pidió un tiempo muerto que empleó para obligar a sus jugadores a aplaudir al público. Él también lo hizo y, además, obsequió a los aficionados checos con unos cuantos besos lanzados al aire.