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Fútbol sala | Mundial de Taiwán

Los campeones, jaleados en su regreso a España

La Selección de fútbol sala regresó ayer a casa, a España, con el cetro mundial entre las maletas. Recibida por más de 150 personas en Barajas, después visitó la redacción de AS para brindar por el triunfo. Vieron el vídeo del gol de Marcelo y revelaron que tienen nueva meta: el Europeo de febrero.

<b>LOS MATADORES. </b>Kike (izq.) y Marcelo, los dos goleadores de la final.

Y ahora a por el Europeo". Con esta arenga brindaba ayer la Selección española de fútbol sala, al completo, en el Diario AS por su triunfo, segundo consecutivo, en el Mundial de Taiwán. Los campeones allí, el domingo, y en Guatemala llegaron a la redacción del periódico a las cinco de la tarde, después de 16 horas de avión, escala en París y una comida en el madrileño Asador Frontón. Todos de traje, inmaculado y beige, con las medallas relucientes sobre las corbatas azules, pedían la repetición del golazo que Marcelo le marcó a Italia en el vídeo de la final. Fue el 2-0. La sentencia.

"Ha sido la mayor alegría de mi carrera deportiva, pero nunca lo hubiera conseguido sin el equipo que tenía detrás", reconocía el propio Marcelo. En las manos portaba la bota de bronce, con tacos, que distinguía al tercer máximo goleador del Mundial por sus nueve tantos. "A ver cuando se entera la FIFA que en el fútbol sala las botas no tienen tacos", bromeaba el seleccionador Javier Lozano, el patriarca confeso del equipo. Para él, el choque más duro no fue el de Italia, ni siquiera el de Brasil, como para Amado, sino el de Portugal, el último de la segunda fase. "Ahí fue cuando muchos, como Andreu, Limones, Torras o Pipe, tomaron responsabilidades y se reencontraron. No valía ni el empate, ni la derrota, sólo la victoria. A esta Selección, las situaciones límite les motiva, no les agarrota".

Y mientras unos le gritaban a la televisión "venga, mételo", en la jugada del gol de Kike, otros, más serenos, como el capitán, Julio García, enumeraba las anécdotas del envite. "Lo único que no hicimos bien fueron las mentirijillas que les colamos a los médicos: A veces y a escondidas nos comíamos un chocolate". Un anecdotario al que se le añaden los motes de cada uno, "algunos, como yo, tenemos dos", puntualizaba el Pifa o Abuelo Julio, o la llamada del portero del Valencia, Cañizares, a Lozano antes de la final: "Oye, tenéis que ganar, que nos lo hemos apostado aquí en el vestuario con los italianos". Vencieron.

Ahora, el capitán español espera que el triunfo le dé un empujón definitivo al fútbol sala: "Se va mejorando poco a poco, pero falta que alguien lo venda como ha vendido Telecinco la Fórmula 1", decía el 110 veces internacional antes de dejar caer que "después del Europeo, es una buena fecha para dejarla".

Todo un equipo ya referente de un deporte en alza en España, donde las fichas nacionales superan los 9.500, sin sumar las miles de territoriales. La prueba, el recibimiento que ayer, a las 13:00 horas, vivieron en el aeropuerto de Barajas. Música: Gritos de campeones con interminables oés, oés, oés. Coro: Más de 150 personas de rojo y amarillo, en ropa y en cara, esgrimiendo pancartas. Muchas. Desde las escuetas, apenas una cuarta y un "felicidades", hasta los dos metros de tela que gritaban: "Francis Campeón", en alusión a Serrejón. Eso fue lo primero que vio la Selección, los protagonistas, al volver a España, con el título mundial en el carro de las maletas. La escena que esperan, se repita, en febrero. Al volver del Europeo.

Alberto Vilar: "Sabe a gloria"

Para el presidente del Comité Nacional de Fútbol Sala, Alberto Vilar, el triunfo de la Selección le "sabe a gloria". Eso sí, con matices: "He sufrido tanto que, incluso, abandoné el palco durante un par de ocasiones para evitar la tensión. España jugó una gran final y mereció la victoria". Un triunfo que anima al presidente a seguir trabajando. "Esto demuestra que el fútbol sala necesita estabilidad de manera definitiva", sentenció. -A. A.

Márquez: "Esto es un mensaje"

El presidente de la Liga Nacional, Santiago Márquez, también disfrutó del momento: "Fue un partido muy intenso que viví hasta el pitido final. La entrega de los jugadores ha sido encominable en un equipo que salvó situaciones adversas, con lesionados de última hora". Sobre el futuro, Márquez adelantó: "Este título es un mensaje. Tenemos cuatro años para seguir trabajando. Debemos encontrar relevos para el próximo Mundial".

El cocinero, en la lista de la Euro

"Madre mía, cómo hemos comido", contaba Javi Rodríguez, el ojito derecho de Javier Arbizu, cocinero de la Selección. Y tal ha sido el grado de satisfacción que ya ha sido convocado para el próximo campeonato de selecciones, el Europeo de la República Checa, del 16 al 24 de febrero de 2005. Su cometido no será otro que el de seguir en la misma línea: cuidar a "estos monstruos" para que metan goles en la pista. -A. A.