Javi Rodríguez rompió la defensa de Chequia

España sufrió para ganar a la República Checa, en un partido marcado por las defensas que sólo pudo romper la fuerza y el acierto de Javi Rodríguez. La máxima de España volvió a cumplirse, no recibir ningún gol y esperar a recoger los beneficios en alguna jugada en ataque estático producto de su control. Y dio beneficios con un 2-0 que mantiene a España imbatida e invicta en este Mundial en el que defiende título.

Fue el triunfo de la paciencia, ya que la República Checa salió descaradamente a la defensiva, a no encajar ningún gol en los primeros minutos hasta el punto de que se olvidó que a esto se juega en dos porterías. Tiró dos veces a puerta en 20 minutos y sólo una entre los tres palos.

Bombardeo.

Por contra, España lanzó 22 veces a un inspirado Krayzel, creó ocasiones y encerró a los checos, pero se fue yendo del partido por la ansiedad y un árbitro iraní que, como dijo Lozano, sólo pitó a España (mejor, contra España). Todo esto hizo que se llegara al descanso con empate a cero.

Chequia intentó jugar un poco más en la segunda parte y eso facilitó la tarea de los nuestros, que encontraron más huecos por donde penetrar hacia el área rival. Pero antes Rodríguez hacía saltar el marcador con una jugada con su firma, amago hacia fuera y recorte hacia adentro acompañado de un zapatazo, que daba aire al equipo. Era el turno de Luis Amado y de la defensa, que volvió a rayar a gran altura para controlar a unos checos que no podían con los españoles, y que veían esfumarse sus opciones con el 2-0 en una perfecta jugada de estrategia en el saque de una falta de Kike, que de nuevo Rodríguez clavó en las redes checas tras bloqueo de Marcelo.

España cumplió como estaba escrito, con sufrimiento y desgaste, pero sigue subiendo peldaños hacia las semifinales.