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Yo digo | Josep Marí

Manías y rituales flexibles

josepmarí
Actualizado a

Justo antes de tomar la salida, algunos nadadores prueban el agua, otros deportistas se santiguan dos y hasta tres veces consecutivas, Michael Phelps, por ejemplo, sigue conectado a sus auriculares, alguno se come un plátano o se toma un café horas antes de la competición, procuran entrar en el campo con el pie izquierdo o se tocan la nariz y soplan los dedos antes de batear, son algunos ejemplos de rituales de deportistas. ¿Son rituales al servicio de la concentración o se trata de simples supersticiones producto de la inseguridad? Si escuchar música sirve para no estar pendiente de qué pasará si se pierde o de lo fuerte que está el rival, pero ayuda sin embargo a mantenerse concentrado en lo que toca, puede que se trate de un ritual. Es necesario valorar si este ritual es flexible.

Si no se ha podido comer un plátano y se sale a competir pensando que por culpa de esto irá mal, entonces el ritual no es flexible. Si no se dispone de plátanos, y se pueden tomar manzanas o hacer cualquier otra cosa que sirva para focalizar la atención, sí que es flexible. Si sirve y es flexible, se trata de un ritual. Si no puede sustituirse y no termina de funcionar, es una superstición. Cuatro años de intensa y sacrificada preparación olímpica no pueden depender de si el país organizador de los Juegos es exportador de bananas. Lo que sí puede ayudar es incluir una pauta de alimentación en la rutina preparatoria de la competición.

Pep Marí es jefe del departamento de Psicología del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona)