España no pudo con los anfitriones

La selección española vio frenada su marcha en los Juegos Olímpicos de Atenas, donde sufrió una contundente derrota ante un conjunto de Grecia que demostró sus aspiraciones de podio y que le tiene perfectamente tomada la medida al equipo de Jané, que no pudo cumplir con el objetivo de arrancar con dos triunfos.

Si ante Italia el cuadro de Joan Jané había sentenciado el choque con un 5-2 al finalizar el segundo periodo, en esta oportunidad lo dilapidó todo antes de entonces, porque los griegos, lanzados, remataron la faena con un esclarecedor 6-2.

A España no le funcionó en esta oportunidad la defensa. Otra vez fue víctima de numerosas expulsiones y los helenos, con un juego muy dinámico, aprovechó una y otra vez casi todo lo que dispuso.

Para colmo, en ataque apenas existió. Iván Pérez trabajó a destajo en la boya, pero fue defendido de manera tremenda por los anfitriones, así que apenas tuvo opción, y cuando la tuvo no la aprovechó.

Cierto es que tampoco a los pupilos de Jané les sonrió la fortuna, porque lanzaron cinco balones a los palos cuando el encuentro estaba aún vivo y sus rivales no habían iniciado un despegue que fue meteórico en el segundo periodo.

Guiada por un Anastasios Schizas muy hábil para ver los espacios y por Theodoros Chatzitheodorou la selección de Grecia se disparó irremisiblemente al aprovechar todas las superioridades numéricas, todo lo contrario que le ocurrió a España en su lucha con el larguero de la portería defendida por Georgios Reppas.

El público, que al final casi llenó los graderíos, disfrutó de lo lindo en este periodo. Grecia, que necesitaba el triunfo tras su derrota en el encuentro inaugural ante Alemania, jugaba y agradaba ante un rival desconocido, con muchas carencias en todas las facetas.

Jané, no obstante, logró que sus hombres volvieran a la piscina más centrados atrás y un par de goles de Iván Pérez e Iván Moro dieron un nuevo aire al encuentro (6-4), puesto que los griegos se habían atascado y eran ahora los que se encontraban con el larguero de la meta de Angel Andreo.

Los chicos que dirige el italiano Alessandro Campagna recibieron el aviso. España estaba creciendo y sabía que tenían que volver a forzar la máquina. El público también lo entendió así y el pabellón fue un horno en respaldo de su selección.

Ciertamente no era el partido de España y las penurias regresaron al ritmo que se erraron superioridades y que Konstantinos Loudis e Ioannis Thomakos devolvieron los cuatro tantos de diferencia a falta de cinco minutos para el final.

A la selección española tan solo le quedó intentar maquillar la derrota, que frena el buen inicio que tuvo el domingo y que supone un traspiés, aún no definitivo, en su lucha por tratar de acabar primera de su grupo y acceder directamente a las semifinales sin tener que pasar por los cuartos.