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Atenas 2004 | Natación

Match ball para Phelps ante Thorpe en 200 libre

El estadounidense no es favorito, pero aún sueña con los siete oros

Actualizado a
Phelps y Thorpe

Arnold Spitz dijo una vez a su hijo Mark: Nadar no lo es todo en la vida. Ganar sí lo es. Con ese padre había que llevar muchas medallas a casa. Y Mark Spitz le llevó 11, entre los Juegos Olímpicos de México y Múnich. Michael Phelps estuvo a punto de no venir al mundo porque sus padres, Fred y Debbie, se separaron, se reconciliaron, y al fin, en 1993, se divorciaron legalmente. Entre una cosa y otra, en 1985 nació Phelps: un ser hiperactivo que constantemente produce energía. ¿El producto eléctrico de una fuga de emociones? No: el hombre que aún intenta batir el récord de siete oros que Spitz completó en Múnich 1972.

Pero si Phelps no gana hoy la final de 200 libre, dejará intacto el récord que el hijo de Arnold Spitz edificó en 1972. La natación ha cambiado. Nuestros relevos eran más fuertes a inaccesibles en 1972; esa suerte tuve yo, dijo ayer Spitz en la NBC. Esa NBC que ve el maná en los oros de Phelps. Y en el primer relevo, Phelps ha perdido uno de esos ocho oros que estaban en su punto de mira. Sólo que hoy no es cuestión de relevos, sino de tiburones australianos o del holandés adelfinado, Pieter van de Hoogenband, VDH. Puede robar el show a Phelps y Thorpe.

Marcas absolutas.

Si fuera por marcas absolutas, debería ganar Thorpe, que tiene el récord del mundo en 1:44.06, Pero eso fue en Fukuoka 2001. En Sydney, Thorpe capituló ante los vibrantes 1:45.35 de VDH. Ahora, Phelps se asoma valientemente a este estanque de cocodrilos. Y hay que buscarle sitio. En 2003, Phelps hizo récord americano: 1:45.99 en 2003. Hace un mes y pico ganó los trials de Long Beach en 1:46.27. En junio, en el US Masters, Thorpe detuvo el crono en 1:45.63.

Llegados aquí tras las semifinales, todo reposa en la fuerza mental. En las semifinales, VDH se cosió al agua como con hilo de seda. Thorpe parece en conflicto con la ola de proa que desata. Pero la acaba gobernando. En semis ganó a Phelps por 43 centésimas (1:46.65-1:47.08), pero la impresión fue que Michael terminó decelerando: soñaba con ese oro de 4x100 libre que fue para los surafricanos. A lo largo de 200 metros, en el estanque ateniense de los cocodrilos ganará quien recuerde esa frase de Arnold Spitz: Nadar no lo es todo en la vida. Ganar sí lo es.

VDH hizo el mejor tiempo2

Pese a las expectaciones desatadas sobre Thorpe y Phelps, el holandés Pieter van den Hoogenband (PSV) concretó el mejor tiempo de semifinales, 1:46.00, aunque a 65 centésimas de su récord olímpico de Sydney. Más tarde, VDH volvió a volar sobre la piscina del OAKA para arrebatar la plata a EE UU en el relevo 4x100 libre. ¿Será esta final de 200 la mejor carrera de natación de los Juegos Olímpicos?, le preguntaron a VDH. Respuesta: Será la mejor de siempre.

Un programa aterrador

Phelps ya no puede superar a Spitz (siete oros), pero sí igualar su marca si gana todo. Hoy y mañana se enfrenta a dos de sus jornadas más agotadoras. Seis actuaciones en 48 horas. Hoy, entre la final de 200 libre y la semi de 200 mariposa sólo tendá 50 minutos de descanso.