Loeb gana en Chipre dos semanas y media después

Después de dos semanas y media de suspense, los comisarios del Rally de Chipre dieron ayer como ganador de la carrera a Sebastian Loeb, dejando a Marcus Gronholm sin la victoria después de que ayer fueran apeados los Peugeot de Gronholm y Harri Rovanpera, por haber usado bombas de agua no permitidas. El español Carlos Sainz, que acabó entonces cuarto, pasa a ser tercero y a ocupar un lugar en el podio final de la carrera.

Los comisarios se sorprendieron de que las bombas de los Citroën y los Peugeot fueran diferentes, cuando usan la misma base mecánica. Precintaron las de los dos Xsara y los dos 307, y dejaron congelado el resultado del rally hasta ayer. Entonces se comprobó que las de los Citroën eran correctas, pero no tanto las de los Peugeot. La decisión final se pospuso hasta ayer, día límite para que los responsables del equipo dieran explicaciones, que no fueron convincentes. Un interlocutor de la formación ha reconocido que "es cierto que las bombas eran diferentes a las de la serie, pero esa diferencia no suponía una mejora de prestaciones".