El Nacional de la emoción es el de la crisis

Hay más coches que nunca, pero no tienen donde correr. Sorprendentemente, el Campeonato de España de rallys va a vivir su temporada más emocionante, pero se ve condicionada por falta de organizadores para sacar adelante las pruebas. Por el momento sólo hay programadas ocho de las diez que deberían componer el Nacional.

En contraposición, la competencia va a ser feroz. Habrá dos Citroën C2 en manos del campeón Miguel Fuster y la joven promesa Daniel Sordo (aunque no estarán hasta el segundo o tercer rally) y tres Saxo apoyados por la marca, tres Peugeot 206 para Enrique García Ojeda, Joan Vinyes y Jonathan de Miguel (dominadores de la recta final del pasado año), tres Renault Clio para Alberto Hevia, José Piñón y José María Membrado, tres Fiat Punto para Sergio Vallejo, Jorge González ‘Rantur’ y Eloy Entrecanales, y dos Mitsubishi Lancer para Roberto Méndez y Manuel Rueda.

Parece mentira que un parque tan completo tenga dificultades para competir, sobre todo porque hasta hace bien poco tiempo había bofetadas por organizar un rally puntuable. Los promotores se quejan de las elevadas cargas que tienen que pagar a la Real Federación Española de Automovilismo, y además este año sus parques cerrados pueden quedarse diezmados por la falta de fórmulas de promoción.

Renault ha dejado de convocar la Copa Clio, Ford abandona el Reto Ka y Fiat pasa la Súper Copa Punto al Nacional de Tierra, por lo que sólo habrá Desafío Peugeot y Trofeo Citroën C2. Y, claro, con menos participantes y la elevada presión de la federación, muchas organizaciones han tirado la toalla.