Sainz un cuarentón en el Mundial de los cambios

Atrás se quedaron Ari Vatanen, Timo Salonen, Miki Biasion o Juha Kankkunen. Ahora han sido Colin McRae, Makinen, Auriol y Burns los que han dicho adiós al Mundial de rallys. El que sigue ahí, como si hubiera hecho un pacto con el diablo para mantener la eterna juventud, es Sainz, un año más entre los favoritos. Pero no va a ser una temporada cualquiera. Hoy arranca con el Rally de Montecarlo el campeonato de la revolución. Será la contienda de los cambios... y de las caras largas. Porque ayer todo el mundo estaba enfadado en por esa nueva reglamentación llena de incertidumbres.

La génesis del problema la provocó el irrefrenable interés de la Federación Internacional por aumentar el calendario con dos rallys nuevos, México y Japón, algo que lógicamente va a dejar unos cuantos millones de euros más en sus arcas de la Plaza de la Concordia parisina, donde tiene su sede. Los equipos oficiales pusieron el grito en el cielo por el aumento de presupuestos y ahí comenzó el drama.

Hyundai se retiraba hasta 2006. Skoda deja vacante su plaza y sólo disputará algunas pruebas aisladas. Ante el peligro de dejar la especialidad en cuadro, se inició un rosario de nuevas normas que han cambiado cada dos días. La única clara es que sólo puede haber dos coches oficiales por marca. Y la parrilla se ha quedado en la mitad entre los que han abandonado y los que se han quitado de en medio.

Pero lo peor de todo han sido las improvisaciones. Durante los dos últimos meses lo que hoy era blanco, mañana era negro, y en la víspera del inicio todo el mundo andaba preguntando sobre mil y una dudas. Un ejemplo de lo sucedido es el Rally de México, que ha tenido que diseñar cuatro recorridos diferentes por culpa de tantos cambios... y se anuncian aún más para 2005.

Pero Sainz, después de tres lustros en la brecha, ya está acostumbrado a los cambios, y parecen no afectarle, aunque avisa: "Estamos en el límite. Si seguimos así podemos cargarnos los rallys". Hoy vuelve a partir en el grupo de favoritos ante un Montecarlo en el que no habrá casi nieve y hielo. Sólo en los dos primeros tramos, y eso restará emoción a un rally cuya salsa está en las condiciones cambiantes del piso.

Con la reducción de plantilla el español sólo tendrá cuatro rivales por la corona. Son el campeón vigente Solberg, el siempre combativo Gronholm, que puede verse perjudicado por estrenar coche, Martin, si su Ford es fiable, y su compañero Loeb. El gran enemigo está en casa.