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Dakar 2004 | 8ª Etapa

Esteve y Serviá pasan de líderes a mochileros

Camino de Atar, Isidre perdió nueve horas y José María más de ocho, por lo que ahora se dedicarán a ayudar a sus compañeros Roma y Schlesser.

<b>EL CONSUELO DEL JEFE.</b> Jordi Arcarons escucha las explicaciones de su piloto, Isidre Esteve.

El Dakar es así de cruel: un día te levantas líder y al siguiente te acuestas hundido en la tabla, tras una jornada de perros y con el mazo del cronómetro golpeando encima de ti con toda su dureza. Es la historia de Isidre Esteve, líder en motos antes de tomar la salida de la criminal etapa Tan Tan-Atar, y de José María Serviá, cuyo sueño por acabar en el podio terminó en pesadilla. Pero en esta carrera todo es aprovechable y su continuidad es vital para llevar a cabo un papel más gris, pero clave: el de mochileros de sus jefes de equipos, Nani Roma y Jean Louis Schlesser.

Los 1.055 kilómetros de la séptima etapa castigaron a Esteve con un retraso en la meta de 9 horas y 20 minutos, de las cuales siete las pasó tirado en la soledad de las dunas de Atar. Se cayó al poco de comenzar y la moto quedó tocada. A 50 kilómetros del final, el motor de su KTM se quedó sin aceite por una fuga y hubo de esperar a que un camión de asistencia se lo cambiara. Ya en la jaima pasada la medianoche, mientras descansaba, sorprendía la tranquilidad con la que se tomaba el devenir de los acontecimientos. "Estoy un poco desilusionado, pero sabía que esto podía ocurrir. Ahora tendré que trabajar por el equipo y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario", aseguró con firmeza y síntomas de fatiga después de permanecer 24 horas seguidas peleando con la moto. Visto de manera positiva, eso que gana Roma, porque el equipo ya sólo aspira a su victoria. "Me sabe mal por Isidre, pero para mí es una garantía que haya podido continuar para ayudarme", dijo el catalán.

El caso de Serviá fue similar al del ilerdense, y su pérdida de tiempo quedó en 8 horas y 12 minutos: "Se ha roto una pieza del cigüeñal, el pasador de reserva, y ha armado un jaleo tremendo que ha producido problemas eléctricos. Hasta que hemos dado con el problema, he desmontado el motor de arranque tres veces. Las opciones de podio ya pasan por pensar en el año que viene. Ahora lo que tengo que hacer es ayudar a Jean Louis".

Los hay que tienen suerte porque estos son dos mochileros de auténtico lujo.