Dos mil multas en Gran Bretaña

El Rally de Gran Bretaña está en entredicho por el exceso de celo de la policía galesa. En su última edición se despacharon con más de 2.000 multas por superar los límites de velocidad en las carreteras, muchas de ellas a los propios pilotos. El peor parado ha sido Freddy Loix, al que le tocará pagar cerca de 3.000 euros y no podrá conducir en el país durante seis meses por circular a 86 km/h donde estaba limitado a 48.

Armin Scwharz deberá abonar más de 1.500 euros y también se le retira el carnet durante seis meses; Kris Meeke, el protegido de Colin McRae, pagará 500 euros y se queda un año sin conducir (tenía acumuladas sanciones anteriores); y Daniel Carlsson, otros 1.200 euros y también medio año sin licencia.

La lista de pilotos sancionados es mucho mayor: Carlos Sainz, Tommi Makinen, Colin McRae, Richard Burns o Markko Martin, entre otros. A ellos no se les ha multado tan severamente, aunque si reinciden tendrían que pasar por caja. Y es que en la semana del rally se impusieron más de dos mil multas por ese concepto, la mayoría a seguidores de la prueba.

Max Mosley, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, ha presentado una enérgica queja por esta persecución. Aunque es cierto que las multas corresponden a carreteras de enlace, y todos deberían cumplir las normas, ese acoso podría obligar al cambio de ubicación de la prueba.