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Rallies | RAC

Una minicámara traicionó a Sainz

El dispositivo de la BBC provocó el cortocircuito causante del desastre.

P. López

Cada vez que el operario de las minicámaras se introduce en el interior del coche para manipular sus sofisticados aparatos, más de uno se echa a temblar. Un paso en falso y toda la tecnología de un coche de rallys puede irse al traste. Y precisamente uno de ellos, un manazas, ha sido el que ha acabado con el sueño de Carlos Sainz y de los españoles.

La BBC británica incorporó una cámara más en cada vehículo para la retransmisión en directo del último tramo. Falló en la superespecial del jueves, y fue sustituida con nocturnidad y alevosía. Ayer por la mañana causó dos conatos de incendio que acabaron con el temple de Sainz.

Todo indica que algún falso contacto hizo un cortocircuito, que fue lo que produjo la catástrofe previa a la salida de carretera. Lo que no es normal es que un problema tan nimio haya dado al traste con todo el esfuerzo humano y económico de Carlos y Citroën.

Estos extremos han sido negados por Neil Duncanson, director de Chrysalis TV, encargada de la instalación de las cámaras en los coches del Mundial, que aseguró ayer que el sistema colocado en el Citroën Xsara de Sainz no presenta daño alguno.