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Primera | Espanyol

Boris no se raja

El showman venezolano se enfundó la camiseta y el pantalón del Espanyol en Crónicas Marcianas "para animarles porque están mal"

Actualizado a
<b>BORIS, ESPLENDOR BLANQUIAZUL</B>. La madrugada del martes se tiñó de blanquiazul en televisión. Boris se apoderó del plató de Tele 5 y Marte fue perico. Aquí vemos detalles de su actuación, junto a Javier Sardá, Javier Cárdenas y Rocío Madrid.

Fue el golpe de la madrugada del martes. De pronto, en Crónicas Marcianas, Boris Izaguirre apareció vestido del Espanyol, el club de sus amores. "Lo hago para animarles porque están mal", rugió el escritor y showman venezolano, que buscó en Rocío Madrid, la novia del jugador Ángel Morales, la esperada complicidad. El españolismo tiene suerte: pocos como Izaguirre son capaces de salir con su camiseta en televisión (y en programas de máxima audiencia) y proclamar su fervoroso españolismo.

La exhibición blanquiazul de Boris no caerá en saco roto. El venezolano congrega a multitudes allá donde acude. Los últimos ejemplos, las citas que Crónicas programó para sus fieles en la Plaza Mayor de Madrid y la Plaza Real de Barcelona que, bajo el reclamo de la asistencia de Boris, congregaron a miles de personas. Quién sabe si muchos de estos incondicionales se pasarán al sentimiento perico. No estaría nada mal.

Boris es autor de varios libros, entre ellos, uno titulado Morir de glamour. Quizás sea esa particular visión de las cosas lo que le animó a enfundarse la equipación españolista ante dos millones de telespectadores, deseoso de mostrar a todo el país sus preferencias futbolísticas. Quizás también sea esa idea de glamour lo que le llevó a subirse encima de la mesa de Crónicas y advertir la difícil situación de su equipo predilecto. Por si a alguien le quedaban dudas, ya lo saben hasta en Marte: Boris Izaguirre es del Espanyol. Y no se raja en decirlo.

Todo empezó en un almuerzo con AS

Boris Izaguirre manifestó un día su cariño por el Espanyol. AS le invitó a sellarlo. Fue en en el restaurante La Cañota, en la calle Lleida de Barcelona. Acudimos junto a David García, Lopo y Morales y resultó una velada y un reportaje posterior inolvidables. Boris invitó entonces a los jugadores y a nuestro periódico a asistir a un programa de Crónicas Marcianas en los estudios de Sant Joan Despí. Allí se consolidó una amistad en colores: los blanquiazules, naturalmente.