La explosión de Antonio Hidalgo

Desde que militaba en el filial del Barcelona el Tenerife siempre tuvo claro que Antonio Hidalgo atesoraba una enorme calidad en sus botas. Su actual protagonismo en el equipo de David Amaral y la capitanía, le han dado lo único que le hacía falta para explotar definitivamente: confianza en sí mismo. El Antonio Hidalgo de esta temporada es más completo, más disciplinado tácticamente en el terreno de juego, más sacrificado y ha sabido asumir su nueva responsabilidad: separa a los compañeros cuando le protestan al árbitro, le insiste al resto de los jugadores para que le aplaudan a la afición blanquiazul tras los partidos y le reclaman el apoyo a los aficionados en los momentos difíciles durante los partidos.

Antonio tiene la cabeza bien amueblada y su comportamiento ha sido siempre generoso: aguantó e hizo grupo cuando los diferentes técnicos no contaban con él. Fue de los pocos que en esas circunstancias se decantó por el bien del club y no por el suyo propio. No se puede decir lo mismo de otros compañeros , incluso de la tierra. Porque la condición de canario no debe eximir de todas las culpas, ni justifica que se desestabilice un vestuario; ni siquiera otorga la potestad de decidir el futuro de un técnico.

Antonio Hidalgo no nació aquí, en Tenerife, pero se está ganando a pulso el cariño y el apoyo de todos los aficionados blanquiazules.